Sufrió varias veces el exilio por mantener la fe católica de Nicea. Presidió el concilio de Constantinopla. Antes del comienzo del Concilio, San Melecio levantó su mano enseñando tres dedos, entonces doblando dos dedos y dejando uno extendido bendecía a la gente, proclamando: “Nosotros entendemos las tres hipóstasis, y hablamos sobre una naturaleza”. Con esta declaración, dicen que un fuego circundó al santo como rayos. Durante el Concilio San Melecio durmió en el Señor. San Gregorio de Nisa honró la memoria del fallecido con una Eulogia.
San Melecio nos ha dejado tratados sobre la consubstancialidad del Hijo de Dios con el Padre, y una carta al emperador Joviano sobre la Santa Trinidad. Las reliquias de San Melecio fueron transferidas de Antioquia a Constantinopla. (fuentes: catholic.net)
José María Lorenzo Amelibia
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