* Inglaterra (Droiwitch) 1197 + Drover 1253 Memoria, 3 abril
Obispo y confesor. Nació cerca de 1197 en Droitwich, en una familia de trabajadores del campo. Choca la austeridad y dureza permanente de su vida con el estilo de los grandes de su tiempo. Fue el segundo hijo de Ricardo y Alicia de Wyche. Su padre murió cuando él aún era joven, y la propiedad de la familia cayó en un estado de deterioro avanzado.
Fue a Oxford, donde él y dos de sus compañeros vivieron en tal pobreza que entre ellos sólo pudieron adquirir una túnica y una toga con capucha, por lo que tuvieron que asistir a las conferencias en turnos. De ahí fue a París y a su regreso ya poseía una maestría en Humanidades. En Bolonia estudió derecho canónico, materia en la que adquirió gran reputación, y fue elegido rector de la Universidad de Oxford.
En aquellos tiempos, los obispos son "lores" y amantes de los cuidados humanos; los monjes abundan en la prosperidad y el lujo. La clase baja del pueblo es pobre y está sumida en la ignorancia y en la superstición. Ricardo es enérgico e intransigente cuando se tratan asuntos en los que está presente la injusticia, la inmoralidad o la avaricia. Posiblemente esta condición natural en él sea lo que le lleva a un distanciamiento, cuando no rechazo de los poderosos.
Sus conocimientos y santidad fueron tan célebres que dos obispos le ofrecieron el puesto de rector de sus respectivas diócesis. Ricardo aceptó la oferta. Aprobó la acción del arzobispo de oponerse al rey con respecto al problema de las sedes vacantes; y a consecuencia de todo, fue desterrado aquel prelado a Pontigny. Ricardo le acompañó.
Poco después, al retirarse a la casa de los dominicos en Orleans, Ricardo estudió teología, fue ordenado sacerdote. Más tarde fue persuadido por Bonifacio de Saboya, el nuevo arzobispo de Canterbury, a que reasumiera su antiguo puesto de rector.
Lo nombran obispo
En aquellos tiempos los reyes quitaban y ponían obispos, y a Ricardo, nombrado por el Papa, no le quería dar el Rey los bienes temporales de su sede. El santo apeló a Inocencio IV, quien lo consagró personalmente en Lyon el 5 de marzo de 1245, y fue enviado de regreso a Inglaterra. Y Ricardo hubo de depender de la caridad de su clero. Y aquí comienza una etapa de dificultades mayores y de vigoroso testimonio. El rey mandó cerrarle físicamente las puertas del palacio episcopal y prohibió darle cobijo y dinero. El temor de la gente a la venganza real lleva a que se vea a Ricardo-obispo vagabundo por su legítima diócesis, haciendo de obispo misionero, viajando a pie y desprovisto de servicio.
Ricardo vivió en gran austeridad regalando casi toda renta como limosna. Compiló algunos estatutos que regularían detalladamente la vida del clero, la celebración del servicio divino, la administración de los sacramentos, los privilegios eclesiásticos y otros asuntos. Para un mejor mantenimiento de su catedral, Ricardo instituyó una colecta anual en todas las parroquias de la diócesis el domingo de Pascua. Las órdenes mendicantes, en partiuclar los dominicos, recibieron apoyo especial de parte de él.
Buen pastor
Desempeñó su ministerio en parroquias inglesas; destacó por su predicación, caridad para los niños, los pobres y los enfermos. Durante su ministerio se distinguió por su austeridad, difusión de la Palabra de Dios, administración de los sacramentos, generosidad para con los pobres y erradicación de la simonía y el nepotismo.
Fueron ocho años de obispo en que supo mantenerse, con fortaleza, libre de presiones. De hecho, nadie se explica cómo fue posible reunir una y otra vez a su Cabildo para sacar adelante las Constituciones que son de esa época y sientan los modos de hacer en adelante, señalando una praxis pastoral distinta y más adecuada a los principios evangélicos.
Con su clero fue muy estricto. Tenía tal concepto de la santidad que habían de tener los sacerdotes, que no se avenía a medias tintas, vicios y corruptelas. Estaba convencido de que su principal deber era evangelizar. Recorría todos los lugares predicando la Palabra de Dios. Se encontraba más a gusto entre la gente humilde. Adminstraba por sí mismo los sacramentos a los fieles. Incluso asistía a los enfermos y moribundos.
En 1250, Ricardo fue nombrado uno de los recaudadores de subsidios para las cruzadas. Pero en el camino hacia Dover, donde iba a consagrar una nueva iglesia dedicada a san Edmundo, enfermó. Al llegar a Dover fue a un hospital llamado Maison Dieu, realizó la ceremonia de consagración el 2 de abril y murió la mañana siguiente. Murió en la casa-asilo -"Mas-Dieu"- para sacerdotes pobres y peregrinos, a los 55 años. Su cuerpo fue llevado de regreso a Chichester y enterrado en la catedral. Su sepulcro pronto recibió peregrinaciones y declaraban los favores recibidos.
Fue solemnemente canonizado por Urbano IV en la iglesia franciscana en Viterbo (1262). . ROGER HUDLESTON y otros
Transcrito por Herman F. Holbrook
José María Lorenzo Amelibia
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