NOTA Estas meditaciones hazlas sin ansia de pasar adelante. Normalmente cada punto breve está separado por un número. Es una señal discrecional de parada. Cuando piensas que te has agotado en afectos, discursos o contemplación pasa al punto siguiente. Lo mismo haz si no te dice nada la frase leída. Siempre has de comenzar la oración cortando con suavidad los pensamientos ajenos, y centrándote en el Señor. Al finalizar termina siempre con un coloquio con la Virgen María y con Jesús, su Hijo, Dios y hombre verdadero.

1.- Me uno a Ti, Sumo y Eterno Sacerdote, ven Señor Jesús y permanece conmigo.

2.- Ven Espíritu Santo en ayuda de nuestra flaqueza, ayuda a tus sacerdotes y a mí con ellos a vivir a tope nuestro sacerdocio; ayuda a todos los cristianos a vivir su sacerdocio.

3.- Que me dé cuenta, Señor, de que ordenas todas las cosas para el bien de los que te aman; confío. Da tu gracia a los sacerdote que participan de tu eterno sacerdocio.

4.- Fui elegido por Ti, Jesús, para participar en tu sacerdocio; me conociste y me predestinaste, consérvame en la fe, en la esperanza y en el amor.

5.- Te agradezco que conserves a sus sacerdotes en el fervor; dales tu gracia eficaz.
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