1.- Jesús, no tienes sucesores; ni siquiera lo es el Papa. Tienes seguidores cristianos y sacerdote tuyos; seguidores que propagan tu mensaje. Dadnos fuerza de convicción para ser fieles a tu doctrina y a tu ideal.

2.- Tú, Jesús, eres el sacerdote para siempre; de él participamos en distinto grado desde el fiel católico hasta el Obispo de Roma. Enséñanos a vivir consagrados a Ti.

3.- El bautismo, la confirmación y el orden sacerdotal nos han marcado a perpetuidad. Dadnos fuerza, celo, ilusión para llevar a todos los puestos tu mensaje.

4.- El sacrificio de Cristo supera a los del Antiguo Testamento. Jesús, eres sacerdote y víctima; eres el mismo Dios con el Espíritu Santo que recibe el sacrificio de alabanza. Me uno a este sacrificio en adoración y acción de gracias.

5.- A Ti me acojo; en Ti me refugio; en Ti confío.
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