Perfectamente. Hoy tenemos claro que una cosa es la verdad de un celibato evangélico, abrazado libremente, y otra el celibato obligatorio impuesto por ley.
El celibato, como opción personal para anunciar y vivir el Evangelio en la línea del seguimiento de Jesús de Nazaret, puede representar una forma de vida no sólo legítima, sino humanizante, comprometida y liberadora. Pero, ésta es una opción libre, absolutamente voluntaria, que no parte de ninguna carencia, coacción o impotencia física, sino de una decisión moral, consciente y libre, en vistas a proseguir e implantar en este mundo el Reino de Dios.
Esta forma de vida ha existido siempre en la Iglesia, ha sido asumida por unos u otros cristianos y puede ir asociada al ministerio sacerdotal.
Pero, lo que no parece aceptable es que a esta decisión se la quiera incrementar y asegurar a través de una ley y, sobre todo, hacerla imperativa y obligatoria para cuantos decidan hacerse sacerdotes. Con ella, se cerraría el camino para cuantos desean hacerse sacerdotes, pero sin renunciar al matrimonio.
Benjamín Forcano
José María Lorenzo Amelibia
Si quieres escribirme hazlo a: josemarilorenzo092@gmail.com
Mi blog: http://blogs.periodistadigital.com/secularizados.php
Puedes solicitar mi amistad en Facebook pidiendo mi nombre Josemari Lorenzo Amelibia
Mi cuenta en Twitter: @JosemariLorenz2