1.- Señor, Tú juzgas nuestro corazón y tienes por realidad nuestros deseos; mírame con ternura, dame fuerza para cumplir mis buenos deseos; necesito de Ti como la tierra árida y seca del agua.
2.- Te pido con fervor la sanidad y sé que me la darás por encima de mis deseos. Sé santo en mí.
3.- Este amor y esta vida divina elévalas en mi corazón al grado de incandescencia, porque deseo influir en tu Reino para la salvación de las almas.
4.- Me consagro a Ti, Padre. Obra Tú a través de mí. Transfórmame para que sea útil en tu Reino.
5.- Tú, Señor, eres fuego devorador, fuego que abrasa sin consumir; transformas e Ti todo cuanto tocas. Aquí estoy. He comulgado, cambia mi corazón y hazlo semejante al tuyo.
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