¿Una sola fe válida para todas las religiones?
Una aclaración previa para que no se interprete la pregunta como puerta abierta al sincretismo religioso, estilo Nueva era. Por falta de espacio no puse el interrogante completo que sería el siguiente: ¿es posible presentar un enfoque tal de la fe que se pueda aplicar a las principales religiones? O de otra manera: ¿contiene la fe algún rasgo que sea universal? La respuesta está en el artículo sobre la fe como alegría para vivir. También en el impulso religioso que es un factor común presente en todas las religiones.
El impulso religioso Dentro de una interpretación global de la fe se aprecia mejor la presencia de los diferentes factores que integran el impulso religioso.
La satisfacción. El hombre experimenta agrado o satisfacción en mantener algún tipo de relación religiosa porque palpó que tal objeto, dioses o Dios, fue beneficioso para sus aspiraciones de amar y de ser amado, para ser feliz o realizarse en un determinado aspecto de su vida. El hombre se siente satisfecho.
La admiración y entusiasmo. El sentimiento de admiración surge al experimentar la persona algo que considera como inaudito y grandioso y que está volcado hacia ella. Una de las manifestaciones de esta cualidad emocional del impulso religioso consiste en la intensidad emotiva con que el sujeto se ve afectado en ella y que se traduce en ese estado de ánimo específicamente religioso en su origen que llamamos entusiasmo.
El temor y la confianza. En su reflexión, el hombre ve al objeto de su impulso religioso como un algo que puede dañarle y surge el temor. Pero también lo puede contemplar como una fuerza que puede estar a su servicio y surge la confianza;
La comunión, el amor y la amistad. Según avanzan las relaciones de la persona con el objeto sagrado surgen en ella la relación de amor que puede cristalizar en comunión y hasta en una relación permanente de amistad. La persona desea estar a bien con Dios o lo sagrado y quiere darle lo mejor que tiene para complacerle. Y de esta manera el hombre introduce al objeto de su impulso religioso en el círculo de personas y objetos queridos.
Las religiones convergen en la fe-aceptación de un Absoluto
Nos referimos a la fe, creencia religiosa, -que tiene su raíz en el impulso religioso-, como aceptación y según las imágenes-metáforas señaladas en las religiones, cada una con su peculiar contenido.
El animismo, denominador común de los pueblos primitivos.
De estas religiones destacamos: la fe en la presencia universal del Ser supremo en toda la vida personal y social; la gratitud y la obediencia al Creador para obtener su beneplácito; la alegría y la fiesta en la religión para expresar la comunión vital entre todas las personas.
El hinduismo, el camino de la sabiduría.
Por impulso de su fe, el hinduísta trabaja por la liberación personal y colectiva mediante el amor a la verdad; la práctica de la justicia y de la no-violencia, unida a la consagración a Dios.
El budismo.
Desde su fe “laica” camina hacia un absoluto, hacia la Liberación que personaliza y que ayuda a liberarse de ilusiones y pasiones. Utiliza los elementos para una ética de la fraternidad y de freno contra el materialismo.
El judaísmo, fidelidad al Dios único y personal.
Merecen especial atención algunos rasgos de su fe que contempla a Dios como el totalmente Otro, el que salva a su pueblo como el gran «Tú», el Señor y liberador con quien el israelita puede mantener relaciones «místicas» gracias a la Alianza que presenta a Yahvé como el esposo, e Israel la esposa amada.
El islamismo, camino de sumisión hacia Dios.
Entre los aspectos que sobresalen en la fe del islamismo están: la radicalidad de quien está plenamente convencido de profesar la religión verdadera. Su fe equivale a obedecer a Dios con la persuasión de que Dios está junto a él. Las relaciones del musulmán van dirigidas a Dios, Alá, como «Tú» radicalmente único y soberano pero que admite hasta 99 calificativos para su configuración y para las relaciones místicas en muchos de sus seguidores.
El cristianismo.
Es la religión polarizada en la vida, doctrina y obra de Cristo para relacionarse con Dios Padre, (el abbá), las personas y el mundo en general. El creyente acepta el mensaje de Cristo y como bautizado pone su empeño en seguir a Jesucristo Hijo de Dios, muerto y resucitado, que ha salvado a los hombres y ha instaurado el Reino de Dios. De aquí que para Rahner el cristianismo sea «la acción salvífica de Dios en Cristo”
.
La iglesia católica.
En el cristianismo común, el creyente es el bautizado que en la iglesia católica pasa a ser miembro en comunión de una determinada comunidad. Como en toda confesión cristiana, el Tú divino es el Dios único y trino, Padre, Hijo y Espíritu Santo. El mensaje de la fe es interpretado por el Magisterio de la Iglesia, celebrado en la liturgia propia y expresado en la moral católica.
La iglesia ortodoxa.
Dentro de los rasgos comunes del cristianismo pone el énfasis más en una fe mística que en el esfuerzo ascético. Otro rasgo consiste en la tendencia a una oración permanente unida a las obras buenas, en la contemplación ascendente y en la vida moral. Todo lo que Dios ha creado es objeto de la contemplación.
Las iglesias reformadas: el protestantismo.
Sobresale la atención preferente a la Biblia como Palabra de Dios. La fe se dirige al Dios-Palabra y la misma fe no es otra cosa que la escucha de su Palabra. Los protestantes enseñan que el ser de Dios está en la Palabra y que en consecuencia la relación entre Dios y el hombre tiene lugar y realidad en un diálogo en el que la Palabra es comunicada y recibida
El impulso religioso Dentro de una interpretación global de la fe se aprecia mejor la presencia de los diferentes factores que integran el impulso religioso.
La satisfacción. El hombre experimenta agrado o satisfacción en mantener algún tipo de relación religiosa porque palpó que tal objeto, dioses o Dios, fue beneficioso para sus aspiraciones de amar y de ser amado, para ser feliz o realizarse en un determinado aspecto de su vida. El hombre se siente satisfecho.
La admiración y entusiasmo. El sentimiento de admiración surge al experimentar la persona algo que considera como inaudito y grandioso y que está volcado hacia ella. Una de las manifestaciones de esta cualidad emocional del impulso religioso consiste en la intensidad emotiva con que el sujeto se ve afectado en ella y que se traduce en ese estado de ánimo específicamente religioso en su origen que llamamos entusiasmo.
El temor y la confianza. En su reflexión, el hombre ve al objeto de su impulso religioso como un algo que puede dañarle y surge el temor. Pero también lo puede contemplar como una fuerza que puede estar a su servicio y surge la confianza;
La comunión, el amor y la amistad. Según avanzan las relaciones de la persona con el objeto sagrado surgen en ella la relación de amor que puede cristalizar en comunión y hasta en una relación permanente de amistad. La persona desea estar a bien con Dios o lo sagrado y quiere darle lo mejor que tiene para complacerle. Y de esta manera el hombre introduce al objeto de su impulso religioso en el círculo de personas y objetos queridos.
Las religiones convergen en la fe-aceptación de un Absoluto
Nos referimos a la fe, creencia religiosa, -que tiene su raíz en el impulso religioso-, como aceptación y según las imágenes-metáforas señaladas en las religiones, cada una con su peculiar contenido.
El animismo, denominador común de los pueblos primitivos.
De estas religiones destacamos: la fe en la presencia universal del Ser supremo en toda la vida personal y social; la gratitud y la obediencia al Creador para obtener su beneplácito; la alegría y la fiesta en la religión para expresar la comunión vital entre todas las personas.
El hinduismo, el camino de la sabiduría.
Por impulso de su fe, el hinduísta trabaja por la liberación personal y colectiva mediante el amor a la verdad; la práctica de la justicia y de la no-violencia, unida a la consagración a Dios.
El budismo.
Desde su fe “laica” camina hacia un absoluto, hacia la Liberación que personaliza y que ayuda a liberarse de ilusiones y pasiones. Utiliza los elementos para una ética de la fraternidad y de freno contra el materialismo.
El judaísmo, fidelidad al Dios único y personal.
Merecen especial atención algunos rasgos de su fe que contempla a Dios como el totalmente Otro, el que salva a su pueblo como el gran «Tú», el Señor y liberador con quien el israelita puede mantener relaciones «místicas» gracias a la Alianza que presenta a Yahvé como el esposo, e Israel la esposa amada.
El islamismo, camino de sumisión hacia Dios.
Entre los aspectos que sobresalen en la fe del islamismo están: la radicalidad de quien está plenamente convencido de profesar la religión verdadera. Su fe equivale a obedecer a Dios con la persuasión de que Dios está junto a él. Las relaciones del musulmán van dirigidas a Dios, Alá, como «Tú» radicalmente único y soberano pero que admite hasta 99 calificativos para su configuración y para las relaciones místicas en muchos de sus seguidores.
El cristianismo.
Es la religión polarizada en la vida, doctrina y obra de Cristo para relacionarse con Dios Padre, (el abbá), las personas y el mundo en general. El creyente acepta el mensaje de Cristo y como bautizado pone su empeño en seguir a Jesucristo Hijo de Dios, muerto y resucitado, que ha salvado a los hombres y ha instaurado el Reino de Dios. De aquí que para Rahner el cristianismo sea «la acción salvífica de Dios en Cristo”
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La iglesia católica.
En el cristianismo común, el creyente es el bautizado que en la iglesia católica pasa a ser miembro en comunión de una determinada comunidad. Como en toda confesión cristiana, el Tú divino es el Dios único y trino, Padre, Hijo y Espíritu Santo. El mensaje de la fe es interpretado por el Magisterio de la Iglesia, celebrado en la liturgia propia y expresado en la moral católica.
La iglesia ortodoxa.
Dentro de los rasgos comunes del cristianismo pone el énfasis más en una fe mística que en el esfuerzo ascético. Otro rasgo consiste en la tendencia a una oración permanente unida a las obras buenas, en la contemplación ascendente y en la vida moral. Todo lo que Dios ha creado es objeto de la contemplación.
Las iglesias reformadas: el protestantismo.
Sobresale la atención preferente a la Biblia como Palabra de Dios. La fe se dirige al Dios-Palabra y la misma fe no es otra cosa que la escucha de su Palabra. Los protestantes enseñan que el ser de Dios está en la Palabra y que en consecuencia la relación entre Dios y el hombre tiene lugar y realidad en un diálogo en el que la Palabra es comunicada y recibida