Los vecinos de la ciudad de Chengdu, en el suroeste de China, dicen que están escandalizados porque allí se realizó una boda de dos perros que conllevó una fortuna: vestidos, casa para los “novios”, habitación... y banquete.
El escándalo se debe a que en tiempo de crisis, dicen, no se pueden dar estos espectáculos. Y yo me pregunto: ¿No será que estos hechos son reveladores de otra crisis más importante y es la de valores y sentido de la vida?
Es verdad que cada uno hace con su dinero lo que le da la gana, pero hay formas de malgastarlo que resultan una afrenta a la humanidad, al sentido común y a los miles y millones de personas en el mundo que se mueren de hambre sin que “estos” organizadores de espectáculos y propietarios de “caninos” que les dan la felicidad, se inmuten.
Algo no funciona.
Que la crisis nos ayude a todos a reflexionar y a ser más humanos, más coherentes. Más personas.