Padre Ángel: "Aquí, uno se siente un aprendiz, curando heridas, acariciando a la gente" 'Proyecto hospital de campaña', un nuevo modelo de parroquia en el corazón de las ciudades

(José M. Vidal).- De museos (en algunos, hasta cobran entrada) a iglesias-hospitales de campaña, abiertas, como faros, en medio de las grandes ciudades del mundo. Éste es el objetivo de la campaña 'Iglesias-hospital de campaña', que se concreta en unas jornadas, celebradas en Madrid, y en un libro, presentado ayer en la iglesia de San Antón del Padre Ángel.

Las promotoras de la campaña son las dos iglesias que, desde hace algún tiempo vienen funcionando en España con este modelo de iglesia abierta: La iglesia madrileña de San Antón del Padre Ángel y la barcelonesa de Santa Ana de Peio Sánchez. Las dos iglesias españolas invitaron a unas jornadas a representantes de iglesias de Bogotá, Buenos Aires y San Francisco, para comenzar a extender la red de hospitales campaña.

Las jornadas comenzaron ayer, con la presentación, en San Antón, del libro 'Proyecto hospital de campaña. Una propuesta hacia las periferias' (PPC). En la mesa, presentados por el director general de la editorial, Pedro Miguel García, cuatro de los autores del libro. El primero en tomar la palabra fue el Padre Ángel, al que Pedro Miguel presentó como "un hombre imprescindible en la sociedad" y "siempre volcado en los pobres, que son el centro de la Iglesia".

El fundador de Mensajeros contó lo mucho que tuvo que esperar hasta ver cumplido su sueño de poder tener una iglesia abierta las 24 horas. Al final, lo consiguió en San Antón, de la mano de su amigo, el cardenal Osoro. Y la iglesia, que lleva ya abierta desde el 2015, está creando escuela. Y, al poco tiempo, le salió una 'hija', en la parroquia de Santa Ana de Barcelona.

El Padre Ángel asegura que lo más gratificante de San Antón es que "uno, aquí, se siente un aprendiz, curando heridas, acariciando a la gente, porque aquí se aprende lo que sufre la gente, y, sobre todo, bendiciendo, porque muchos sólo vienen aquí a pedir que se les bendiga". Y cuenta el último caso, que le acaba de pasar: "Hace un rato, un niño que vino a San Antón, para pedir trabajo para su padre y para su madre, porque, sin trabajo, están muy tristes", explica el sacerdote.

La teresiana Viqui Molins, que colabora con la parroquia de Santa Ana y lleva toda la vida dedicada a los más pobres, asegura que trabajar en el templo es "un regalo", porque el ejercicio de la caridad se realiza en el mismo lugar en el que se reza. "Con el paso del tiempo, ya somos amigos y formamos familia y nos conocemos y queremos y hacemos actividades", explica.

Por su parte, el teólogo Xabier Morlans, curtido en mil batallas siempre a favor de los más pobres, cuenta que, "colocar a los descartados en el centro y dejarse evangelizar por ellos, causó cierto escándalo en los sectores más conservadores de Barcelona". Pero la experiencia continúa, porque se inserta en "la mística de descubrir a Cristo en los pobres" y "en la experiencia de que Dios vive en la ciudad", entendida no como una afirmación ideológica, sino como una afirmación que "cobra vida y ardor teológicos".

Cerró el turno de intervenciones el 'alma mater' de la parroquia de Sant Ana, Peio Sánchez, que comenzó alabando la "inspiración" que tuvo el Padre Ángel de "una iglesia abierta siempre para los pobres", como una especie de "servicio de urgencias" o de "iglesias asilo y refugio en el corazón de las grandes ciudades".

A su juicio, se trata de templos donde se entra por la misma puerta tanto para la liturgia como para la acción social. "Iglesias de acogida, que dejen de ser museos y se conviertan realmente en lugares sagrados, al acoger a los descartados, que, como dice el Papa, son la carne de Cristo".

Se trata, según Peio Sánchez, de iglesias que "transparentan la verdad del Evangelio, de la fuerza de la integración y de la recuperación de la gratuidad, porque una iglesia abierta es un signo. Aquí estamos y ésta es tu casa".

El modelo de iglesia-hospital de campaña también entraña dificultades. Una de las mayores es el cambio del centro de las grandes ciudades, que la gente sencilla está abandonando por el aumento desorbitado de los precios y porque el turismo las está convirtiendo en grandes centro comerciales, con lo cual el centro de las ciudades "se vuelve inhóspito".

Otra dificultad importante es la relación de "colaboración-conflicto con las administraciones". Todos reconocen que, "es necesario colaborar y no competir", teniendo en cuenta que a las autoridades públicas "les molesta que los invisibles se hagan visibles".

Este nuevo modelo de parroquia, en el que la opción por los pobres sea algo central, también encuentra sus dificultades en el seno de la propia institución eclesial. "Pero merece la pena que la Iglesia se lance a renovar sus parroquias, para que dejen de ser museos, con horarios y funcionarios, para pasar a ser hospitales e campaña y casas de acogida, como pide el Papa", dice el Padre Ángel.

"Parroquias con causas humanas", como dijo Xabier Morlans, centradas, por ejemplo, en temáticas culturales o en necesidades compartidas, asi como en la preparación de los futuros sacerdotes con una mayor sensibilidad por los descartados. "Esperemos que experiencias como la de San Antón y la de Santa Ana realimenten en los seminaristas la necesidad de que se normalice este tipo de pastoral", pedía Morlans.

Más aún, Pedro Miguel García, el director general de PPC, expresó el sueño y el deseo de que "todas las diócesis españolas se conviertan en hospitales de campaña". Y, aunque parece una utopía, el Papa ha demostrado que se puede hacer, porque él fue capaz de convertir el Vaticano en un hospital de campaña. "Si Francisco lo hizo, nuestros obispos también pueden hacerlo", concluyó. Por lo pronto, los cardenales Osoro, Omella y Maradiaga se han sumado a este proyecto, como consta en el libro, para el que escriben sendos prólogos y epílogos.

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