"Vivir contagiadas para morir contagiando" "A más misión, más esperanza": prosigue la Semana de Misionología de Burgos

Laura Terradillos: "La esperanza no es llegar a la solución de lo que esperaba, sino actuar en coherencia para ser mejor persona. La esperanza no es expresión de lo que te falta, sino la llamada a entender qué es lo que Dios te pide"
Fernando Vidal: "Estamos hechos para la «hiperrelación». Cada una de las cosas que vivimos queda codificada. Se da un movimiento inverso al de otros animales: mientras ellos siguen la ley del más fuerte, los humanos nos desnudamos para estar más próximos al otro. Se da una involución basada en el cuidado tanto de niños como de adultos"
| RD/Archiburgos
Burgos ha acogido la segunda de las jornadas de la 77 Semana Española de Misionología (SEM), que lleva por título Misioneros de la Esperanza. Tras la jornada inaugural con la ponencia marco de Mons. Vicente Martín Muñoz, obispo auxiliar de Madrid, titulada ¿Dónde fundamentar hoy la esperanza?, la segunda sesión ha abordado diferentes ponencias y una mesa redonda sobre el epígrafe Palabras de Esperanza.
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A más misión, más esperanza
Exploradores de lo definitivo: testigos de esperanza en la Biblia ha sido la conferencia del profesor Manuel Pérez Tendero, sacerdote y licenciado en Ciencias Bíblicas. Su ponencia se ha centrado en los fundamentos bíblicos de la esperanza, dados por los testigos de esperanza, presentes en la Biblia, calificados como «exploradores de lo definitivo».
Pérez Tendero ha abordado la figura de Abrahán (Gn 15) y de los exploradores de Josué (Jos 2), donde se puede encontrar toda una pedagogía de la esperanza: esperar cuando la realidad desmiente lo que se espera, pero sabiendo que el futuro está en las manos de quien se sabe amado. De ahí la íntima reciprocidad entre misión y esperanza: a más misión, más esperanza; a más esperanza, más misión.

El amor: la última y primera estructura fundante
Por su parte, Fernando Vidal, profesor de la Universidad Pontificia Comillas, ha cerrado la mañana abordando la esperanza desde la antropología, estableciendo un vínculo muy sugerente entre el proceso evolutivo que calificó de progresivo desapoderamiento, y los más genuinamente humano que es el amor: la última y primera estructura fundante.
En su ponencia El poder de las mariposas: abandono y esperanza en el siglo XXI, Vidal ha señalado que el ser humano es aprendizaje por tradición de un ser que nace dependiente y que solo subsiste gracias a los cuidados. Por eso «no tenemos garras, sino yemas para acariciar y labios para besar». Estamos hechos para la «hiperrelación». Cada una de las cosas que vivimos queda codificada. Se da un movimiento inverso al de otros animales: mientras ellos siguen la ley del más fuerte, los humanos nos desnudamos para estar más próximos al otro. Se da una involución basada en el cuidado tanto de niños como de adultos.
El profesor de Comillas ha afirmado también que la esperanza se fundamente en la desnudez y que ésta se plasma con toda autoridad con la experiencia del lloro. Por tanto, no inventamos el amor, sino que participamos de él. Es el amor el que hace del espacio de relación y el tiempo es nuestra manera de relacionarnos con la divinidad.

Contagiar esperanza
Tras la ponencia de Vidal, aplicaba a cualquier espacio de personas con interés, por la tarde ha tenido lugar la mesa redonda con tres testimonios de personas que contagian esperanza.
La religiosa palentina Ana Isabel Gento ha presentado el trabajo de su comunidad de Carmelitas Misioneras Teresianas en la República Democrática del Congo. En un país de más de 2 millones de kilómetros cuadrados y con 270 lenguas regentan un colegio con todos los niveles, un centro de salud y un centro nutricional. Todo ello en un lugar en el que la guerra suma 20 años: «En España oís hablar de la guerra, nosotras oímos las balas de la guerra».
Estremecedoras palabras de una enfermera que aprende cada día a escuchar el dolor del hambre: «Sigue habiendo hambre. En el centro nutricional hemos atendido 500 casos severos en 2024». «Sólo podemos contagiar esperanza si vivimos contagiados de ella. En la comunidad decimos una y otra vez: ‘Vivir contagiadas para morir contagiando’».
Por su parte, Laura Terradillos, psicóloga del centro Salesianos Padre Aramburu ha acercado a los más de 100 asistentes a la enfermedad del cáncer: «En la enfermedad me encontré conmigo y me encontré con Dios». «La enfermedad te lleva a pasar de la pregunta del por qué a la del para qué. En este momento descubres que no eres un enfermo, sino que el mal te acompaña y tienes que vivir con él. El mal te recuerda la vulnerabilidad y ésta es la que te acerca a Dios y te ayuda a entender lo que sucede», ha señalado.
La enfermedad ayudó a Laura a entender que «la esperanza no es llegar a la solución de lo que esperaba, sino actuar en coherencia para ser mejor persona. La esperanza no es expresión de lo que te falta, sino la llamada a entender qué es lo que Dios te pide».
Por último, Inma Gala, carmelita de la Caridad de Vedruna relató su experiencia con migrantes en Tánger: «La esperanza está continuamente moviéndose en las personas que no tienen patria». En árabe, ‘esperanza’ se dice boza. Es el grito de tantos migrantes en patera cuando llegan a Melilla, Ceuta o cualquier otro punto de la Península.
La religiosa también ha abordado las dificultades que encuentra la como católica en Marruecos. «Allí no se puede ser cristiano», ha explicado. Y es que apenas el 0,8 % de la población profesa otra religión que no sea el islam. «Ante tal diversidad cultural tratamos de trenzar algo nuevo en contextos de permanente éxodo y miedo. En Tánger la esperanza se teje con hilos de dolor y de deseo», ha expresado Gala.
Por la tarde, al concluir la sesión académica de la SEM, el grupo de matriculados ha visitado la iglesia de San Nicolás.
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