Se busca el dinero para tener prestigio, para dañar y comprar la impunidad: Obispos de Oaxaca

El dinero es la droga
Comunicado de Prensa
En las semanas anteriores una noticia muy difundida fue la fortuna inmensa de una persona ligada al tráfico de drogas. Esa noticia ha sido motivo de diversos comentarios que van, de la duda a la admiración, pasando por el rechazo. En esta noticia la droga pasó a segundo plano, para ponernos frente a una realidad que se nos hace difícil de aceptar pero que tiene un alcance mayor que las diversas drogas sintéticas o cultivadas que se trafican. En la sociedad contemporánea de nuestro mundo occidental, el dinero es la droga.
El dinero que debía ser un medio para el intercambio de los bienes y servicios que podemos ofrecernos mutuamente, a partir del esfuerzo solidario del trabajo humano, se ha convertido para muchos en un fin en si mismo. En un fin absoluto, que incita a utilizar todos los medios posibles para conseguirlo. El dinero es el ídolo actual de una religión que se difunde de múltiples maneras, a través de distintos medios, y que va devorando a sus propios fieles. Basta que nos preguntemos: ¿Qué factores han generado la crisis económica que sacude al mundo en nuestros días? ¿No han sido la ambición de poseer más, la especulación, la usura alimentada en los grandes centros financieros? ¿No han sido acaso las políticas económicas internacionales que se imponen a los Países sin ningún control? ¡El dinero es intocable!
Pero esta tentación también tiene otros niveles, pues se ha ido metiendo entre nosotros de una manera sutil, a través del ambiente de una sociedad de consumo, que se vuelve cada vez más exigente, sobre todo para las nuevas generaciones. Parece que necesitamos consumir todo lo que se nos ofrece, aunque no sea necesario, para sentir que existimos, que somos tomados en cuenta. Existen también personas para las cuales no es necesario consumir, pueden incluso privarse de cosas necesarias, pero han hecho del dinero el fin de su vida y lo acumulan a costa de la usura que daña a los más necesitados.
Se busca el dinero para tener prestigio, para dañar y comprar la impunidad, para alcanzar el poder y dominar a otros; sin embargo también, en sentido contrario, puede buscarse el poder para incrementar fortunas. Por eso la exigencia de transparencia de los recursos públicos será siempre una condición indispensable que proteja a la sociedad de quienes pueden abusar del dinero que se les ha confiado para su administración.
Ante esta droga, que fácilmente puede alcanzarnos a todos, nos urge estar atentos, pues el poder de corrupción que tiene desintegra de tal manera los valores que, por el dinero, se puede hacer cualquier cosa, aún el crimen. Todos tenemos que revisarnos. No basta decir yo no he matado. Fácilmente juzgamos a los demás, sin tomar en cuenta nuestras propias actitudes ante el dinero, que pueden desubicar no sólo el sentido de nuestra propia existencia, sino también el sentido de la existencia de los que nos rodean. Son actuales las palabras de San Pablo: “la raíz de todos los males es el afán del dinero”.
Con nuestra bendición para todos.
+José Luis Chávez Botello
Arzobispo de Antequera-Oaxaca
+ Oscar A. Campos Contreras
Obispo Auxiliar de Antequera-Oaxaca