¿Quién quiso extorsionar al Seminario Conciliar de México?

En diciembre pasado, el arzobispo primado de México, Cardenal Norberto Rivera Carrera, dio a conocer el intento de extorsión al Seminario Conciliar de México denunciando a las autoridades el hecho e iniciar las indagatorias mismas que han arrojado resultados. Según algunos medios periodísticos, habría sido una pequeña banda dedicada a este negocio ilícito. Uno de los elementos visibles fue un taxista quien realizó las llamadas de extorsión, no sólo al Seminario, también a otras víctimas, al menos de 40 extorsiones más. La madeja comenzó a desenredarse y el hilo condujo, otra vez, al interior de la Penitenciaría del Distrito Federal desde donde se operaban los delitos.
De nuevo lo evidente se hace público. Parroquias e instituciones católicas también ha sido amedrentadas y extorsionadas, víctimas de lo que sufren los ciudadanos de a pie a causa de la incompetencia y corrupción que involucraría a las autoridades. Los ciudadanos fuimos engañados cuando se dijo que habrían de cambiar las políticas al interior de reclusorios y penitenciarias para prohibir el uso de teléfonos y bloquear las señales de celular. Sin embargo, día a día, se conoce de amenazas y llamadas intimidantes a ciudadanos o pequeños empresarios, ancianos y personas vulnerables para despojarlos de su patrimonio, operados desde las universidades del crimen.
La prevención y la educación ciudadanas son importantes, pero no son todo. Aparece la corrupción como el virus provocante de la enfermedad que vulnera nuestra sociedad. Es evidente que delincuentes y algunos de los responsables con poder siguen haciéndose ricos a costa de un sistema que los protege y ampara, un sistema burocrático inicuo paralizante de la justicia solapando la corrupción que engrosa las cuentas y bolsas a costa del miedo ciudadano.