Lo escuchaste
y te interpelaste
porqué habla así
quién es este nazareno
Cómo se atreve
a hablar del perdón
habiendo situaciones imperdonables
Cómo se arriesga
a ser rechazado
y no importándole
con voz firme proclama
pedir perdón
y después ofrecerlo
aunque el injuriado sea uno
Lo veías
te veía
y en cada vez
su mirada como un bálsamo que quema
pareció como si restañara tus entrañas dolidas
Cuando pronunciaba tu nombre, María...
su manera de hacerlo te hacía sentir
que ibas recuperando dignidad y confianza
como mujer, amada por Dios
Lo viste llorar y desesperarse
ante la dureza de los corazones que lo circundaban
y fuiste capaz de escucharlo
y con palabras amables y cariñosas
restañar su tristeza
pues bien sabías lo que sentía
ya que tú también lo vivías
Enojado estuvo en ocasiones
escuchaste sus palabras duras
sentiste sus anhelos rotos
viste el rechazo que vivió
la burla con que fue mirado
por pregonar un reino de paz y fecundidad
Y calmaste su ser
estando silente a su lado
compartiendo un vaso con agua
o quizás un vino fermentado
María de Magdala y Jesús de Nazaret
discípula y maestro
escucha y voz
caminantes uno al lado de otro
mujer y hombre hijo del altísimo
aprendiz y enseñante
sonrisas y sabiduría
inteligencia y amor pleno
sensibilidad y claridad
amigos los dos.
Martha Eugenia, Mujer Mariposa (México)