Poema DIOSAS EN MEDIO DE ADANES
Cuando fuiste creada el cielo y la tierra se reunieron, el tiempo dejó de ser tiempo para suspirar al contemplar perfecta creación; la divinidad encarnada en mujer, en Eva.
| Sara Serrano García

¡Oh Eva!, el mundo ha malinterpretado el misterio de tu creación, la religión, la historia es deudor de ti, no alcanzarían palabras o escritos para reivindicarte; a Adán (varón) no le alcanzarían vidas para pedirte perdón una y otra vez.
Tú tomaste el fruto prohibido, no por desobediente, o por estupidez como otros dicen; sino por valiente, por qué eras destinada a ser mejor que ningún otro ser creado, buscabas el conocimiento verdadero, no como Adán que solo sació su apetito fugaz.
¡Oh Eva!, ahora ya eras como los dioses juez del bien y el mal, tus ojos fueron abiertos. Los dioses te daban la bienvenida, ahora eras llamada Eva, Hawwah, Madre de todos lo vivientes, diosa de la fertilidad; en ti está el poder de crear y dar vida, en tu sangre, en tu simiente.
Los dioses nunca condenaron tu valentía ni tu osadía, ahora eras recompensada al ser como ellos. Los adanes (varón) te han admirado, te han envidiado y temido desde entonces por que tú tienes el poder que a ellos se les negó por su cobardía.
¡Oh Eva! Tú das vida a reyes, a ejércitos, creas imperios y sociedades, en ti los dioses se complacen, en ti la palabra dada por ellos se hace viva, cuando dicen: fructificad y multiplicaos; procread abundantemente en la tierra, y multiplicaos en ella.
¡Oh Eva! los adanes (varón) han pervertido tu esencia, han puesto yugo pesado sobre ti, el violento se ensaña, contra ti, han silenciado tus voces a través del tiempo, como si eso pudiera ocultar tu grandeza sobre de ellos. Acaso ¿han olvidado que tú les has dado vida, que tus pechos les saciaron de hambre, en tus brazos y en tu cuerpo tocan el cielo?
¡Oh Eva! he visto en cada mujer tu rostro y la esperanza surge. cuando todo se rompe, seguimos de pie, nos han incendiado llamas; pero nos transformamos como ave fénix, surgimos de las cenizas, levantamos la cara y miramos de frente, determinadas, deseando recuperar aquellos que te arrebataron.
¡Oh Eva! no hay poesías, canciones, escritos o estatus tan altas que puedan ofrecer disculpas suficientes y encubrir el pecado que han cometido contra ti.
Pero aquí estamos somos las evas (mujeres) que cada día ganarán una batalla, crearan un milagro, alzarán la voz donde no quieren ser oídas, porque seguimos siendo diosas caminando entre adanes necios.