#compartires ¿Por qué soñar con una disculpa papal? (Parte 1)

Profesor de secundaria jubilado con su esposa en la Isla de Vancouver, en la costa oeste de Canadá. Estudió en Ottawa.  Es ordenado como sacerdote de la Congregación Oblatos de Maria Inmaculada (OMI) en el Perú, trabajando en barrios marginados. En 1981 después de casarse comenzó una carrera como profesor de secundaria en Toronto. Se jubiló en 2003 para poder acompañar a sus padres en su pequeña parcela de 8 hectáreas cuando por edad experimentaban dificultades. En 2013 aceptando la invitación de un buen amigo jesuita, comenzó el "acompañamiento" en Honduras al sacerdote por amenazas de muerte.

Simple Foto Belleza Masculina Imagen para Pinterest

El colonialismo en Canadá ha dejado a su paso generaciones de víctimas, principalmente entre las Primeras Naciones que vivían en esta tierra llamada "Isla Tortuga" desde tiempos inmemoriales. Los poderes del colonialismo sólo tenían un objetivo: encontrar riquezas para engordar el tesoro imperial.  Los pueblos descubiertos fueron valorados como bienes muebles junto con las pieles, los minerales y las materias primas. Los pueblos originarios sufrieron un genocidio y cuando eso no fue suficiente para limpiar la tierra se emplearon programas gubernamentales para destruir la cultura y el patrimonio de los pueblos. Esto incluyó el "Sistema de Escuelas Residenciales" (R.S.S.). Los niños indígenas fueron secuestrados por la fuerza, separados de sus familias y dispersados a diferentes internados donde se prohibían las costumbres y la lengua indígenas. En estas escuelas hubo un alto índice de muertes, debido a las enfermedades europeas y a las brutales condiciones de estas escuelas. Los niños sufrían abusos físicos, psicológicos y sexuales. La R.S.S. era en su totalidad una institución gubernamental colonial aplicada por un espectro de agentes, algunos más brutales que otros, pero todos comprometidos con las intenciones racistas de la supremacía colonial.

Entre los que sirvieron voluntariamente como agentes del gobierno estaban las religiones “eurocrístianas” representadas por sus diferentes organizaciones religiosas, siendo la mayoría católica romana. Un obispo católico del siglo XIX, que ahora goza del título eclesiástico de "Venerable Siervo de Dios", dijo: "Cuando se gradúan en nuestras instituciones, los niños lo habrán perdido todo de Indigena excepto su sangre".

Para abordar los agravios, históricos y actuales, se formó una "Comisión de la Verdad y la Reconciliación" (CVR) como resultado de un acuerdo legal por parte de los representantes de los diferentes grupos implicados. El informe de la CVR, finalizado en 2015, incluía un "Llamamiento a la Acción" (nº 58) en el que se pedía que el Papa presentara en suelo canadiense una disculpa completa por el papel de la Iglesia católica en la R.S.S.

Cualquiera disculpa será probablemente considerada insuficiente o inaceptable para muchos, sin importar cuán sincero o contrito sea el esfuerzo. La disculpa será presentada por alguien que no tuvo parte en la historia de la R.S.S. y cuya conexión vicaria es institucional. El Papa Francisco hablará sin duda de corazón, pero como representante de una institución con una estructura y personalidad compleja. Hay otros que desearán que una disculpa incluya beneficios tangibles o que proporcione una salida para que otros grupos de agentes disminuyan su papel en el Sistema de Escuelas Residenciales.

La siguiente "disculpa" no es, obviamente, lo que el Papa Francisco dirá o quizás incluso podría decir en este momento. Es lo que yo, como misionero de un tiempo anterior, enviado a trabajar con los pueblos indígenas en otra tierra, habiendo reflexionado sobre esta misión, soñaría que el Santo Padre podría decir que no sólo hablaría a los descendientes de esas víctimas de las escuelas residenciales y contribuiría al proceso de curación, PERO contribuiría a una sanación de la "iglesia" que sufre gravemente de heridas auto infligidas por su adaptación a los placeres del Imperio. La iglesia, como instrumento del Estado, nunca podrá ser fiel al reinado de las bienaventuranzas de Yeshua bar Yosef, y ese es un problema mucho más fundamental para la iglesia que el de hacer las paces a los Indígenas de la Isla Tortuga.

Volver arriba