Se trata de armonizarnos, tocando instrumentos diferentes Antón Pirulero
Seguramente todos hemos jugado de niños a hacer que tocábamos un instrumento imaginario al son del “cada cual, que atienda a su juego”. Cuando el que dirigía cambiaba de instrumento, los despistados seguían tocando el anterior y había que pagar prenda. Lo he recordado al leer estas palabras de León XIV sobre el cónclave: “Pudimos sentir la obra del Espíritu Santo que fue capaz de armonizarnos, como instrumentos musicales, para que nuestros corazones vibraran en una sola melodía”.
Le doy vueltas a la imagen, muy poderosa también para normonsotros en ese cónclave cotidiano de nuestra vida en común en la que tratamos de armonizarnos a pesar de que, a diferencia del juego, cada cual toca un instrumento diferente. La “obra del Espíritu Santo” suele consistir en hacernos cargo sin muchos aspavientos de que, si la flauta de Sor Aurelia suena tan flojito, es porque de niña le dijeron que no valía para nada y de que, si a Sor Inocencia le molesta el timbal es porque es hija de sordomudos y su infancia fue muy silenciosa. Si Sor Andrea, en cambio, le encanta el estruendo de los platillos, es porque de pequeña sus hermanos jugaban a balonazo limpio en el pasillo de su casa. El padre de Fray Emeterio era impositivo y autoritario y él, que ha vivido muy reprimido, a veces no puede más y golpea con fuerza el bombo. El violín del Hermano Baudilio suena desafinado pero nadie se atreve a decírselo porque es muy inseguro y se hunde en la miseria con las críticas. Son todos ejemplos “basados en hechos reales” y con eso tenemos que contar para convivir y para querernos.
Y aprovechando el tema, comparto este precioso poema compuesto por John Donne hacia 1.600, estando muy enfermo y pensando que se iba a morir:
Puesto que estoy en camino hacia ese lugar santo,
en el que con tu coro de santos, para siempre,
harás de mí tu música;
puesto que estoy en camino,
afino el instrumento aquí, en la puerta,
y lo que allí será mi tarea,
lo ensayo antes aquí”.
Me digo a mí misma – y de paso a mis colegas de 80 y + - , que ya podemos espabilar si queremos llegar al coro con nuestro instrumento medianamente afinado…