Pon amor y recibirás amor

¿Qué es lo que tanto nos está impidiendo poner amor en este mundo que parece estar invadido por el desaliento y la incertidumbre?
Un amor que refleja cercanía, solidaridad, denuncia, perdón… Parece que eso se va perdiendo y cuando alguien es capaz de concretarlo en gestos, no solo en teoría, lo miramos con cara rara pensando: ¿¿¿Es consciente en su forma de proceder???
El movimiento de seguidores que Jesús puso en marcha, nos invita a eso: a anunciar y denunciar, no solo de palabra, sino acompañarlo de gestos. Gestos de cercanía a los últimos y distanciamiento de los intereses de los primeros.
A todo el mundo le gusta ser reconocido, forma parte del ego y orgullo personal de todo ser humano, pero pensemos cuales eran las actitudes de Jesús y veremos que eran todo lo contrario. Pedía silencio ante un acontecimiento extraordinario y se retiraba a orar al Padre.
El momento actual en el que vivimos no es precisamente a lo que la sociedad nos está invitando, pero tenemos que aprender a leerlo desde un nivel más hondo: desde el Espíritu de Jesús y de esta forma poder preguntarnos los cristianos, cuales son las actitudes que hemos de sacar a flote en este momento, qué se nos está pidiendo, a donde nos está llevando esta sociedad y si verdaderamente, queremos seguir siendo victimas de ella.
Si es así, la libertad es lo que debe de caracterizar al ser humano para actuar cada uno como crea conveniente, pero siempre recordemos: “El amor os hará libres y os ayudará a crecer” (Ef 4,15).
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