León XIV, a los nuevos prelados: "El obispo es siervo, el obispo está llamado a servir a la fe del pueblo" "Quizás algunos de ustedes todavía se estén preguntando por qué me han elegido a mí. Yo, al menos, todavía me lo pregunto"

"Os pido que veléis siempre y caminéis con humildad y oración, para haceros servidores del pueblo al que el Señor os envía"
"No debemos olvidar, además, los otros desafíos, de carácter más cultural y social, que nos conciernen a todos y que, en especial, afectan a algunos territorios: el drama de la guerra y la violencia, el sufrimiento de los pobres, la aspiración de muchos a un mundo más fraterno y solidario, los desafíos éticos que nos interpelan sobre el valor de la vida y la libertad, y la lista sería sin duda más larga"
"La Iglesia os envía como pastores solícitos, atentos, que saben compartir el camino, las preguntas, las ansiedades y las esperanzas de la gente; pastores que desean ser guías, padres y hermanos para los sacerdotes y para las hermanas y hermanos en la fe"
"La Iglesia os envía como pastores solícitos, atentos, que saben compartir el camino, las preguntas, las ansiedades y las esperanzas de la gente; pastores que desean ser guías, padres y hermanos para los sacerdotes y para las hermanas y hermanos en la fe"
"Pensaba venir a este curso vestido también de negro, pero...". El Papa León bromeó este jueves sobre su elección en el cónclave durante un encuentro con 192 nuevos obispos, ordenados a lo largo del último año. "Quizás algunos de ustedes todavía se estén preguntando por qué me han elegido a mí. Yo, al menos, todavía me lo pregunto", se 'confesó' ante los nuevos prelados, a quienes invitó a "redescubrir la pasión y el coraje" de su ministerio.
"El obispo es siervo, el obispo está llamado a servir a la fe del pueblo", subrayó, ya más en serio, durante la audiencia, celebrada en la Sala del Sínodo del Palacio Apostólico. Así, quiso recordarles "algo tan sencillo como poco evidente: el don que habéis recibido no es para vosotros mismos, sino para servir a la causa del Evangelio".
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"Habéis sido elegidos y llamados para ser enviados, como apóstoles del Señor y como servidores de la fe. Y es precisamente en esto en lo que me gustaría detenerme brevemente, antes de entablar con vosotros un diálogo fraternal: el obispo es siervo, el obispo está llamado a servir a la fe del pueblo", reiteró, invocando "el estilo de Dios", que "no se revela en el poder, sino en el amor de un Padre que nos llama a la comunión con Él".
Atención al ansia de grandeza
Citando a San Agustín, Prevost insistió en que "quien preside al pueblo debe comprender que es siervo de muchos", al tiempo que advirtió de la "cierta ansia de grandeza" que conlleva este oficio desde los primeros ap´sotoles. "El que quiera ser grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros será esclavo de todos", dijo Jesús.

"Por eso -añadió el Papa-os pido que veléis siempre y caminéis con humildad y oración, para haceros servidores del pueblo al que el Señor os envía". Citando al Papa Francisco, reiteró que "la cercanía al pueblo que se nos ha confiado —decía— no es una estrategia oportunista, sino nuestra condición esencial. Jesús ama acercarse a sus hermanos a través de nosotros, a través de nuestras manos abiertas que acarician y consuelan; de nuestras palabras, pronunciadas para ungir el mundo con el Evangelio y no con nosotros mismos; de nuestro corazón, cuando se carga con las angustias y alegrías de los hermanos".
Junto al servicio, el Papa reivindicó "el estilo del apostolado, en las diversas formas de cuidado y gobierno pastoral, en el anhelo del anuncio, de maneras tan diferentes y creativas según las situaciones concretas a las que os enfrentéis", en un mundo que vive una "crisis de fe y de su transmisión", para lo que reclamó "recuperar la pasión y el valor para un nuevo anuncio del Evangelio", sin dejar de lado a muchos alejados, que "a menudo vuelven a llamar a las puertas de la Iglesia o se abren a una nueva búsqueda de espiritualidad, que a veces no encuentra lenguajes y formas adecuadas en las propuestas pastorales habituales".

"Y no debemos olvidar, además, los otros desafíos, de carácter más cultural y social, que nos conciernen a todos y que, en especial, afectan a algunos territorios: el drama de la guerra y la violencia, el sufrimiento de los pobres, la aspiración de muchos a un mundo más fraterno y solidario, los desafíos éticos que nos interpelan sobre el valor de la vida y la libertad, y la lista sería sin duda más larga" insistió.
En este contexto, finalizó el Papa, antes de abrirse a un diálogo privado con los nuevos obispos, "la Iglesia os envía como pastores solícitos, atentos, que saben compartir el camino, las preguntas, las ansiedades y las esperanzas de la gente; pastores que desean ser guías, padres y hermanos para los sacerdotes y para las hermanas y hermanos en la fe".
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