Alabado sea san Francisco



¡Feliz miércoles! Ya va caminando la semana y hoy nos topamos con un día importante ya que celebremos la festividad de san Francisco de Asís. Así que, lo primero, es felicitarte si te llamas Francisco o Francisca. Hoy vamos a acudir, como no podía ser menos, a una pieza dedicada a este gran santo, que las hay y muchas. Nos remontaremos a épocas antiguas para disfrutar de una obra que casi puede decirse que es contemporáneo de la vida del santo. ¡Te gustará, te lo prometo!

Pertenece al llamado Laudario di Cortona. Se trata de un manuscrito que puede datarse en torno al 1250. Su nombre, «laudario», se refiere a una colección de cantos de alabanza, que se cantaban en lengua italiana como forma paralela a la latina de los ambientes eclesiásticos. Son piezas que van desde a la homofonía a algunas ya con atisbo de polifonía. La asociación con san Francisco es primigenia y es posible que sirviese para que la liturgia estuviese presente de alguna forma presente en el pueblo. El manuscrito, descubierto casi hace 150 años, se originó en la llamada Hermandad de Santa María delle Laude, formada por un grupo de monjes dedicados a la adoración de la Virgen. Es una colección muy importante que nos permite estudiar cómo era la música en la Edad Media y cuál fue su evolución, desde el punto de vista de la música entroncada en la tradición popular.

De esta colección te ofrezco Sia laudato San Francesco, que también aparece en un manuscrito de Florencia, de ahí que se conozca como «laudario florentino». Está dividido en una serie de estrofas con un ritornelo que se va repitiendo a modo de estribillo. Las estrofas son 18 con unos versos de una longitud especial. De alguna forma es una obra abstracta ya que centra en la santidad y en los milagros del santo de la bella ciudad de Asís, que ya era muy conocido pocos años tras su muerte. Toda una delicia de obra.

Todo el manuscrito puedes conseguirlo aquí (nuestra obra está en la página 191).

La interpretación es del conjunto Falsobordone.

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