Ave Verum Corpus



No es muy osado decir que estas tres palabras casi están asociadas al nombre de Wolfgang Amadeus Mozart y su famosa obra. Sin embargo, no es esta la obra que te traigo hoy. Procede de nuestras tierras y de un maestro que fue muy reconocido en su tiempo. Actualmente gracias a Dios se está recuperando su obra y su presencia en el panorama musical.

Te hablo de Francisco de Peñalosa (c1470-1528), maestro español nacido en Talavera de la Reina. En 1498 entró a formar parte de la capilla de Fernando V como cantor y el monarca se lo pagó en 1505 concediéndole una canonjía en Sevilla. En 1512, Peñalosa está en el monasterio de San Pedro de Cardeña. Tras viajar a diversos lugares volvió a Sevilla en 1516 para tomar posesión de su cargo. Dos años más tarde renuncia a él y es nombrado archidiácono en Carmona (también en la provincia de Sevilla). El puesto en Sevilla era muy tentador y volvió a ostentarlo en 1521 y ya no lo abandonaría hasta su muerte. Fue uno de los compositores más importantes de su época, con un manejo asombroso de la polifonía. Era un maestro tanto en música religiosa como profana. Todo un nombre que es imprescindible conocer. De entre los maestros de su época es de quien se conserva un mayor número de obras.

De Peñalosa te traigo hoy su motete Ave Verum Corpus, a 4 voces. El maestro era capaz de manejar la polifonía a su antojo, siempre con un fin determinado. En este caso, la obra es casi estática (y, como digo muchas veces, extática). El motete, para el Santísimo Sacramento, está compuesto en sencillos bloques de acordes. Sin embargo, este aspecto hace que la obra cobre un carácter meditativo especial, lleno de unción y de una luminosidad especial. Podemos decir que estamos en presencia de una obra homofónica, llena de devoción.

La interpretación es del Ensemble Absalon.

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