Bach, coral BWV 657



¡Feliz domingo! Seguimos por este camino que representa esa colección que genéricamente se ha venido a titular como «18 preludios corales de Leipzig». Algunas de las piezas son más largas, otra más breves, algunas más conocidas y otras menos pero todas son una maravilla. El arte de Bach al órgano alcanza a veces tal perfección que parece que las obras no han sido compuestas por una mano humana sino casi divina. Yo creo que el adjetivo de divina le viene a la música de Bach como si de un guante se tratase.

Una vez más vamos a disfrutar de la obra de Johann Sebastian Bach (1685-1750), compositor alemán nacido en Eisenach. Entre los aficionados y estudiosos de la obra del maestro aparecen las llamadas ciudades Bach. Y sobre Eisenach hay quienes afirman que no es una de las ciudades Bach sino que es «la» ciudad Bach. Se discute aún si el lugar de allí que se cita como la casa natal de Bach lo fue en realidad o no. Donde fuese tenemos al pequeño Bach con sus hermanos, muchos de los cuales murieron siendo niños o bebés. Aún se conserva la escuela a la que asistió de niño, cerca de la iglesia de san Jorge en la que fue bautizado. En esos lugares recibió Bach su primera formación musical, seguramente a cargo de miembros de su familia. Y esos lugares, con solo diez añitos, tuvo que abandonarlos debido a que se quedó huérfano de padre y madre, como te he contado varias veces. Las siguientes ciudades Bach está a pocos kilómetros de Eisenach siendo Bach, por tanto, un músico universal de tan local que era.

La maravilla que nos tiene preparada hoy es su Preludio coral Nun danket alle Gott, BWV 657. Está escrito a cuarto partes con la melodía del coral presentado en la voz de soprano en notas largas. Presenta la primera melodía en imitación en dos voces y tras ella entra el cantus firmus. Las otras voces aparecen en forma de fragmentos fugados. La segunda parte discurre en la misma situación. Bach construye así un impresionante canto de acción de gracias, como se alude en el texto. Este himno parece ser que se cantaba en Leipzig cada Viernes Santo una vez que concluía el servicio de la pasión. Bach aquí se acuerda de lo aprendido con Buxtehude y presenta cada frase del coral de forma imitativa.

La partitura de la obra puedes conseguirla aquí (página 32).

La interpretación es de Jeroen de Haan al órgano Aubertin-orgel (1874) de la Église St-Louis-en-l'Ile de París.

Volver arriba