Bach, corales BWV 690-691



¡Feliz domingo! Hoy te propongo disfrutar de un par de corales que son muy breves. Los dos juntos hacen que la escucha dure algo más pero así y todo se pasará en un suspiro, como siempre nos pasa con la música de «la vieja peluca», como cariñosamente llamaban a su padre los hijos de Bach. Todavía nos queda bastante música para órgano que desgranar por lo que es mejor: la estamos saboreando como se debe, lentamente, sorbo a sorbo. ¿Verdad que tiene buen bouquet?



De nuevo, vamos por tanto a conocer algún aspecto de la vida de Johann Sebastian Bach (1685-1750), compositor alemán nacido en Eisenach. La forma de componer del maestro no casaba con los gustos de la época por lo que a veces esa incomprendida por sus contemporáneos, que las veían como meras curiosidades. Georg Joseph Vogler escribió en 1800 sobre sus corales: «La sorpresa sobre la absurdidez... no tiene fin... Todo esto es una exaltada música religiosa solo por un simple coral, ¡qué absurdo!». Se le criticaba también que le diese la misma importancia a todas las voces de la polifonía en vez de destacar una sobre las demás. Por su época ya se pedía música que fuese sencilla por lo que la complejidad de su obra era vista con recelo. Su proximidad más al «stile antico» que al «moderno» también causaba rechazo. Tras la Guerra de los Treinta Años, la preponderancia de la música alemana fue decayendo por lo que su música se imprimió en muy pequeña escala y también debido a que la música polifónica era muy costosa de llevar a la imprenta. La música de Bach era tan exigente con los intérpretes que solo era interesante para una pequeña élite.

Hoy te traigo sus corales BWV 690 y 691, que ambos llevan el mismo título: Wer nur den lieben Gott lässt walten. El primero, BWV 690, está lleno de color gracias al acompañamiento en contrapunto que rodea a la línea del coral, que se presenta tres veces, en el registro agudo, con sonidos etéreos. La obra, sin embargo, está llena de expresividad y profundidad. El segundo, BWV 691, es una colección de ornamentos franceses favoritos de la época que el joven aprendió en su juventud. A pesar de cómo adorna el coral, la mano izquierda permanece casi desnuda y simple y la obra resulta de un todo camerístico especialmente bello. Ambas son obras de este estilo, e incluso pueden interpretarse en un clave o clavicordio la que no requieren para nada del uso del pedal.

La partitura de ambas puedes descargarla aquí.

La interpretación del BWV 690 es de Ulf Norberg al órgano de la iglesia Hedvig Eleonora de Estocolmo.



El BWV 691 lo interpreta Ton Koopman al órgano.

Volver arriba