Bach, misa BWV 232



¡Feliz domingo! ¡Aprovecha lo que queda de fin de semana! Hace ya algunos años dediqué aquí una serie de posts de los domingos a la increíblemente grande obra que nos va a ocupar hoy. Conscientemente he querido repetir porque esta obra tiene que estar presente siempre, diría que presente siempre en nuestra vida. No en vano es una de las obras más importantes de la historia de la música. Vamos con ella.

Primero, vamos con algo sobre la vida de Johann Sebastian Bach (1685-1750), compositor alemán nacido en Eisenach. Aprovechando la obra de hoy te quiero hablar algo sobre la religiosidad de Bach, que era luterano, como seguramente sabes. Hay quien incluso lo califica como teólogo luterano. De ahí que sus obras religiosas deban escucharse de algún modo más allá que el de las salas de concierto. El maestro las compuso para ser interpretadas dentro de la liturgia y, por tanto, van asociadas a ella. Por ejemplo, si asistes a la interpretación de su "Pasión según san Mateo", verás que tienes dos partes. Nosotros, entre cada una, aprovechamos para ir al servicio o estirar las piernas. Un oyente en el Leipzig de Bach tenía un sermón sobre los sufrimientos y la muerte de Cristo. Por eso, estas obras deben escucharse también teniendo en cuenta toda la teología que tienen detrás, siempre tan trabajada por Bach.

Vamos hoy con ese monumento inmortal que es la Misa en si menor, BWV 232. En 1733, Bach escribió una carta a Federico II de Sajonia ofreciéndose como compositor de la corte, una especie de currículum. Para impresionar al soberano adjuntó dos piezas, que eran el kyrie y el gloria de esta misa (vamos, como nuestros currículums actuales). Bach terminaría la misa años más tarde, casi al final de su vida. Es una obra demasiado ambiciosa para ser interpretada en la liturgia, y además es católica. Da la impresión como si fuese el canto del cisne de Bach, una obra compendio de todo su arte componiendo. Todo lo mejor de Bach puede hallarse en esta obra, que ya nos cautiva desde el kyrie inicial. Esta obra tan desproporcionada en todos los sentidos (y todos buenos) fue pábulo de todo tipo de interpretaciones románticas. A pesar de todo contiene una música de tanta calidad y tan bella que creo que nunca seremos capaces de apreciarla en todo su esplendor.

La partitura de la misa puedes descargarla aquí.

La interpretación es de Johanette Zomer (soprano), Maarten Engeltjes (contratenor), Thomas Walker (tenor) y Peter Harvey (bajo) junto con la Akademie für Alte Musik Berlin dirigidos por Daniel Reuss.

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