Creador de las estrellas de la noche



¡Feliz miércoles! No se me olvida para nada que seguimos en el Adviento y por ello hoy te traigo una bellísima obra relacionada con este tiempo. Se trata de un himno de, te adelanto ya, salió de las manos de uno de nuestros grandes maestros olvidados pero que compuso obras tan imponentes como esta. Te propongo un pequeño juego: déjate llevar e intenta bucear por la obra para reconocer en qué voz va colocando el maestro el canto llano original. ¡Es una verdadera delicia!



La música de hoy se debe a Rodrigo de Ceballos (c- 1525-c. 1571), compositor español nacido en la localidad andaluza de Aracena (Huelva). Es posible que se formase en Burgos ya que su padre era cantor en la catedral de allí y en 1553 lo tenemos en Sevilla como «músico sin empleo que vive en la ciudad». En 1554 fue la segunda elección del cabildo de la catedral como sustituto de Cristóbal de Morales. Volvió a Sevilla y luego trabajó durante algún tiempo en Córdoba. En 1561 fue nombrado maestro de capilla de la Capilla Real de Granada. Su música recuerda a la expresividad de la de Guerrero y sus composiciones destacan por ser muy concisas (la obra de hoy es una prueba). Sin embargo, este cotizado maestro era un experto en el manejo de la polifonía que solo puede calificarse de gloriosa. Su claridad es asombrosa y, junto con Morales y Guerrero forma el triunvirato de la llamada escuela andaluza de polifonía. Sus obras se encuentran en archivos catedralicios de Hispanoamérica.

Vamos a comprobar el grado de maestría de Ceballos con su himno Conditor alme siderum, composición a cinco voces. Es una obra que tiene un cierto carácter alegre y en la que observamos la claridad de la polifonía de Ceballos. Al principio se entona el canto llano y se presentan en polifonía solo los versículos pares. Usa el maestro mucho el movimiento paralelo de las voces. El canto llano (te doy la solución a lo que te proponía en la introducción) está siempre en la voz de tiple 2, es decir, las segunda soprano. Ceballos imprime a la obra un optimismo, motivado por el propio canto llano, que nos llena de esperanza para este Adviento.

La partitura de la obra puedes conseguirla aquí (página 152 del PDF).

La interpretación es del Ensemble Gilles Binchois dirigido por Dominique Vellard.

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