Madre del Redentor



¡Feliz sábado! No podía faltar, en este tiempo de Adviento como estamos, la antífona mariana propia de este tiempo. En efecto, se canta desde el primer domingo de este tiempo litúrgico hasta el día de la purificación (2 de febrero). Por eso, vamos a dedicarle hoy un ratito a una bella composición, de un importante maestro del barroco que es muy posible que no te venga a la mente cuando des una lista de ellos. Sin embargo, es una de las primeras espadas, aunque no lo parezca.

No es la primera vez que te traigo a Jan Dismas Zelenka (1679-1745), compositor checo nacido en Louňovice pod Blaníkem. Era un compositor muy innovador para si época y llegó a ser músico en la corte de Dresde durante casi toda su vida. No es extraordinariamente conocido hoy día pero J. S. Bach y G. F. Handel sí llegaron hacerlo y admiraban su música. Prácticamente su carrera la desarrolló como contrabajista en la corte, y también estuvo ayudando allí a Heinichen. Era un maestro al que le gustaba experimentar con la armonía y por ello era admirado. De hecho, muchas veces llevaba este aspecto hasta el límite, algo inusual en el Barroco y que así lo llevaba a los inicios de la época romántica. Además, se sentía cautivado por los ritmos natales de su país, algo de lo que también es un pionero. Otros como Haydn y luego Dvorák tomarían su testigo. Escribió una gran cantidad de música de cámara y orquestal y también religiosa, quizá en esta siendo algo más convencional, apegándose al stile antico, próximo a la polifonía del Renacimiento.

La antífona mariana correspondiente a este tiempo de Adviento es Alma Redemptoris Mater, que es la obra de Zelenka que te ofrezco hoy, con número de catálogo ZWV 126. Está compuesta para alto y acompañamiento instrumental y fue publicada en 1730. Los instrumentos son dos violines con sordina y dos flautas traveseras. Los jesuitas de Dresde recogen que el 31 de diciembre de ese año se interpretó una obra titulada «Alma Redemptoris» de este compositor, y podría ser esta pieza. La obra como tal estaba concebida para ser interpretada por algún «castrati» que probablemente estaba en la ciudad. Está dividida en tres movimientos, siendo el primero uno lento. La sección central es más movida (aquí sin sordina ni flautas) y concluye con un sentido adagio en el que solo las cuerdas acompañan a la voz. Zelenka dejó instrucciones de que el continuo se interpretase siempre en pianísimo. Es muy probable que las partes de las flautas fuesen interpretadas por los flautistas de la corte Pierre-Gabriel Buffardin y Johann Joachim Quantz.

La partitura original de la obra puedes descargarla aquí.

La interpretación es de Kamila Sevcíková (alto) y el Collegium Marianum dirigido por Jana Semerádová.

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