Música positiva - Mozart



Mozart no podía faltar a esta cita de todos los jueves. Su música siempre es tan optimista que no me ha sido fácil decantarme por una obra para ponerte aquí. Finamente lo he hecho por una joya que seguro que hace mantener esa dosis de positividad durante mucho tiempo. Mozart es capaz de lo más grande en nuestro interior, como vamos a comprobar.

De Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791), ese genio austríaco nacido en Salzburgo, se ha dicho tanto que es difícil también elegir algo. Hoy me centraré en contarte que era un verdadero niño prodigio. Sus talentos afloraron cuando tenía tres años. Se estudiaba las partituras cuando su padre, Leopold, le daba clases a su hermana... ¡y se las aprendía antes que ella! Tenía una capacidad asombrosa para leer a primera vista. Igualmente era un gran improvisador, capaz de sacar lo mejor de sí mismo en esta disciplina. Es considerado como el primer niño prodigio que tenía un oído brillante, una memoria fabulosa, una inventiva melódica fuera de serie, un genio del contrapunto y un virtuoso en grado sumo.

Del genio de Salzburgo te propongo hoy escuchar un fragmento de su Sinfonía nº 41, K. 551. Fue subtitulada "Júpiter" aunque no se debe a la mano de Mozart sino a la de algún editor posterior. Fue compuesta en 1788 y representa la culminación de la forma para Mozart. De ella te ofrezco su cuarto movimiento. Está compuesto sobre un motivo de cuatro notas que aparece de forma recurrente en forma de optimistas cánones y fugas, tanto de forma original como en inversión. Ese brillante movimiento imprime a la obra un final alentador y bello, positivo y que abiertamente pretende sacarnos una sonrisa y llevar un rayo de optimismo a nuestra vida.

La interpretación es de la Orquesta Escocesa de Cámara dirigida por Charles Mackerras.

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