Negra soy pero hermosa



¡Feliz sábado! Es el último sábado de septiembre así que, ¡aprovéchalo! Para este día te propongo disfrutar de una pieza increíblemente bella, que no vendrá en su versión habitual sino en otra que igualmente cautivará nuestros sentidos. La maravilla de la música es esa: que, si es de calidad (como lo es la obra de hoy), se presente como se presente siempre tendrá esa particularidad. Además, cuando sepas su compositor verás que es garantía para que nuestra obra llegue a buen puerto.

El mago de los sonidos de hoy es Giovanni Pierluigi da Palestrina (c. 1525-1594), compositor italiano nacido en Palestrina, muy cerca de Roma. De Palestrina se han escrito ciento de cosas y no deja de resultar complicado reparar lo que es verdad lo que es leyenda. Se le ha llamado «salvador de la música religiosa» pero es algo que forma parte de la leyenda. Su música puede calificarse como equilibrada y elegante y ello se debe más a un uso conservador de la melodía y la armonía que a una intervención de la divinidad, a pesar de que aún hoy día se le atribuye mucho de esto último. Prácticamente toda su vida la pasó en Roma, tanto formándose como trabajando en diversas iglesias y basílicas. Así, estuvo en Santa María La Mayor, en el Seminario Romano, trabajó para Hipólito d'Este e incluso llegó a rechazar encargarse de la música de todo el Sacro Imperio Romano. Vivió muy cómodamente gracias a su música ya que durante su vida publicó unos treinta volúmenes con sus obras. Es muy conocido por sus 104 misas y casi 100 madrigales. Prácticamente compuso en todos los géneros litúrgicos musicales de la época.

Palestrina nos propone disfrutar hoy de su motete Nigra sum sed formosa. Se publicó en la cuarta parte de su «Canticis canticorum». Construye la pieza alrededor de un semitono y una quinta descendentes que le da cierto carácter doliente pero también solemne. Todo va discurriendo con la especial claridad de líneas del italiano. Destaca las notas ascendentes sobre la palabra «cedar» así como sobre «matris». Sin embargo, el maestro construye una pieza que es un prodigio de equilibrio y con ese estatismo que es como una cascada de colores, algo a lo que nos acostumbra este gran maestro de la polifonía.

La partitura de la pieza puedes descargarla aquí (página 14).

La interpretación es de Bruce Dickey (cornetto), Elisabeth Reed (chelo) y Hanneke van Proosdij (órgano).

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