Salve Regina

¡Feliz lunes! Empezamos semana y no, no me he equivocado; sé que hoy no es sábado. Ayer fue la festividad de Nuestra Señora del Carmen y no quiero dejarla pasar. Vamos a disfrutar de una pequeña muestra de música en honor de la Virgen.

La música de hoy es de Herbert Howells (1892-1983), compositor inglés nacido en Lydney. Con pocos años decidió que se dedicaría a la composición y empezó a estudiar música. Estudió con Herbert Brewer, organista de la catedral de Gloucester. Con veinte años consiguió una beca y fue admitido en el Royal College of Music donde le dio clases de composición Charles Villiers Stanford. Se dice que Howells era el discípulo preferido de Stanford, llegando incluso a estrenar alguna obra suya. Fue contratado en la catedral de Salisbury para tocar el órgano y luego en su querido RCM. Su estilo pronto adquirió las características principales: tradición modal, influencias de la música folklórica y siguiendo el camino que abrieron Elgar y Vaughan Williams. Esto se recoge incluso en sus obras sacras, a pesar de que nunca tuvo sentimientos realmente religiosos.
Vamos a escuchar su Salve Regina. Fue compuesto en la época en la que Howells terminaba sus estudios y comenzaba una carrera que iba a estar cargada de éxito. Howells usa una escritura estática de la antífona en un estilo de mira al final del romanticismo. Howells confesó que también recibió influencias de los madrigales ingleses que estudiaba por esa época. El resultado es una obra suave y con armonía también dentro de unos límites bien marcados y sin perder el control. Casi como si de una bienvenida se tratase, una voz aguda sobresale al final sobre el conjunto coral, poniendo un broche de oro muy bello.
La interpretación es del Coro de la Catedral de Westminster dirigido por James O'Donnell.