Viajando por Brasil



¡Feliz viernes! Para este último día de la semana laboral (si tienes el privilegio de disfrutar de fin de semana) te propongo un viaje maravilloso. ¿Qué te parece? Evidentemente será un viaje musical y con una música que tiene un sabor especial, como no podía ser menos. Ya te he comentado en el título que nos vamos a dirigir a Brasil así que si has atado cabos seguro que sabes a qué compositor te traigo hoy. ¿O no?

Claro está que me refiero a Heitor Villa-Lobos (1887-1959), maestro brasileño nacido en Río de Janeiro. Su música es de un carácter muy nacionalista, con ritmos exóticos y una instrumentación original. Se oponía frontalmente a la instrucción académica por lo que se formó de forma autodidacta y de una forma independiente. Su padre le enseñó chelo, viola y guitarra lo que se reflejó desde el principio en sus obras y su orquestación. La primera intención fue estudiar medicina pero Villa-Lobos estaba fascinado por los músicos locales, haciéndose pronto con ritmos locales de Río de Janeiro. Viajó a lo largo de su país y otros del Caribe mientras recogía melodías populares. Poco a poco empezó a componer sus primeras obras que fueron un éxito. Se lanzaba así una carrera prometedora para un maestro que traspasó la frontera de su país.

Para ese viaje vamos a hacer uso de la Bachiana Brasileira n.º 2. Con este título quiso reflejar un vínculo entre la música brasileña y la genial obra de Bach. De esa sabiduría y su mano maestra surgió esta obra, orquestada para diez instrumentos de vientos, cuerdas, piano, celesta y percusión (con cuatro instrumentos brasileños: ganzá, chocalhos, matraca y recoreco). De toda la serie de "Bachianas Brasileiras" es la más popular porque incluye música descriptiva. Villa-Lobos se quiere fijar aquí en diversas zonas de su país natal así como de sus gentes. Curiosamente, el maestro da un título doble, con una parte que se amolda más al estilo de Bach y otra suya propia. Escucharemos formas populares de tocar la guitarra, excitantes ritmos de la parte norte del país y también la descripción de lo que sería un viaje en tren por ese bello lugar, con una música alegre y llena de optimismo. La composición fue escrita en 1930.

Las partes son:

1. Preludio (O canto do capadocio).
2. Aria (O canto da nossa terra).
3. Dansa (Lembrança do sertão).
4. Toccata (O trenzinho do caipira).

La partitura de esta bella obra puedes conseguirla aquí.

La interpretación es de la Orquesta Sinfonía de Nashville dirigida por Kenneth Schermerhorn.

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