Una sonata barroca

Sonata Quarta, Schmelzer

¡Feliz miércoles! Las sonatas (y en general la música) barroca tiene un encanto especial. No creo que me equivoque demasiado si afirmo que la música barroca es la más escuchada en general y la más llevada a los conciertos. Aunque el compositor de hoy no es, por desgracia, de los más interpretados.

Johann Heinrich Schmelzer

Hoy está con nosotros Johann Heinrich Schmelzer (h. 1620-1680), compositor austríaco nacido en Scheibbs. Un documento lo sitúa en 1643 como cornetista en la catedral de San Esteban de Viena y un poco más tarde podría haber estado trabajando para la corte. Disfrutó del favor del emperador Leopoldo II e incluso llegó a estar al cargo de los músicos que tocaron en su coronación en Fráncfort del Meno en 1658. Quedó tan contento que, como premio, regaló de forma regular a Schmelzer cadenas y cadenas de oro. Su fama la obtuvo gracias a su música instrumental y llegó a componer casi toda la música dramática que se interpretó en la corte entre 1655 y 1680, incluyendo ballets. Una de sus colecciones más importantes es Sonatae unarum fidium de 1664, con obras para el violín.

Escuchemos su Sonata Quarta, que pertenece a la colección a la que antes he aludido. Está dividida en varios movimientos que se interpretan de una vez. Empieza con una ciaccona, con el violín cantando una serena melodía sobre el patrón repetitivo del bajo continuo. Luego suena una variación para aportar un ritmo más rápido. Luego le sigue una sarabande y una gigue. El grado de virtuosismo del violín se va incrementando de una forma especial hasta llegar allegro final, que está lleno de fuerza. Una sonata que es un verdadero soplo de aire fresco, descanso para nuestros oídos.

La partitura de la pieza puede descargarse aquí (página 36 del pdf).

La interpretación es de Voices of Music.

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