María-José Peña: Me parece un error presionar a Rivera
Alejandro Ango: Es desolador anhelar un "Gobierno estable"
Rafael Arenas García: Mi preferencia sería un pacto entre el PSOE y Cs
| Editor: Salvador GARCÍA BARDÓN

Y ello porque aquí cada uno se coloca donde desea y se alía con los que le parece bien y el que mejor ha demostrado dónde se coloca y con quién se alía es Pedro Sánchez. Y a este caballero no lo puede salvar nadie más que él mismo. Ni ha hecho con seriedad oferta alguna, ni tiene mayores escrúpulos en hacer una cosa o la contraria, la que convenga en cada momento. No ha tenido reparo alguno en aliarse con unos u otros, con los próximos o los contrarios, para ir copando el Gobierno de distintas autonomías y ello porque sabe que su permanencia en la Moncloa depende de ese poder. Cuantos más puestos con poder, mando y retribución segura ofrezca a su militancia, más segura tendrá la adhesión de ésta.
Pero hay más, mucho más.
Pedro Sánchez no sería para C´s un aliado fiable; engulliría a C´s y no mantendría por ello mayor sentido de España ni menor capacidad para entenderse con sus destructores. Tal es su desatino por más que pronuncie sus palabras en tono melifluo, que no cesa de advertir a C´s y PP de que la “estabilidad” requiere que en la medida de lo necesario se le entreguen unos u otros, o todos, para conseguir su investidura.
Eso es un intento de chantaje apenas disimulado.
Ni por un momento se le ocurre pensar que “la estabilidad” requiere que él consiga en las urnas más votos, muchos más, que serían el testimonio de la confianza de los ciudadanos en su Programa político y en su persona; ni se le ocurre que, careciendo de esto, deba ofrecer a sus adversarios políticos unas cuantas cosas de interés general que puedan satisfacer al general interés de España y los españoles a quienes C´s y PP representan. No. Él, en la inmensidad de su amor a sí mismo, se cree el centro de la estabilidad y el progreso y reclama por ello un apoyo sin condiciones.
Por eso me enerva que se haga a Rivera responsable de la inestabilidad que nos dominará o de las voluntarias entregas que Sánchez otorgue a cualquiera para seguir ocupando la Moncloa y el poder.
Por eso me parece también intolerable la posición del Sr. Valls, aunque el error de su desembarco sea atribuible enteramente a C´s. Nunca debería haber apoyado a Colau sin que ello fuera consensuado con C´s, aunque, a mi parecer, la idea de la ruptura ya la tenía in mente C´s antes de ese momento ante el fracaso de la operación y el previsible camino personal que tomara el Sr. Valls tras tan fallida operación.
Pero producida esa ruptura, a mi juicio tan inevitable como previsible, el Sr. Valls debería guardar algún respeto por las decisiones que toma el Partido del que él se valió para su llegada a la política española. Es inadmisible que le censure la tolerancia que este Partido presta a VOX (escasísima por otra parte), un Partido que no se ha saltado ninguna de las Leyes, y no censure las alianzas interpuestas o directas de Sánchez con Bildu, o que tolere el lazo de la Sra. Colau en el Ayuntamiento de Barcelona, que acusa al Estado de tener presos políticos, mientras reprocha a C´s que no aísle con contundencia a un Partido del que no se tiene noticia de que ataque al Estado.
Y por eso, me parece asimismo indignante que el Sr. Rajoy, de cuya buena fe personal nunca he dudado pero a cuya inacción atribuyo la mayor responsabilidad en dejar que pudriera la situación y llegáramos al presente auge del secesionismo, no haya sacado ninguna lección de su desatino durante su etapa de Gobierno y aún permanezca defendiendo lo mismo y, con ello, ejerciendo nueva presión sobre C´s: la conllevancia política entre todos sin mayor ambición que orillar en lo posible la acción directa de los más separatistas.
Y, finalmente, me sorprende esta huida con reproches de altos cargos de C´s que, ni siquiera tuvieron el mérito de ayudar a su fundación, sino que se colaron por la puerta grande sin mucho riesgo, se beneficiaron de nombre y cargos y, ahora, se van dando un portazo entre aires de dignidad ofendida. Desde luego, la política tiene estas cosas, sobre todo cuando se accede a ella sin hacer meritoriaje. Pero eso es cosa de C´s y allá ellos con sus fichajes. A mí lo que me molesta es la presión sobre unas decisiones para que se tomen otras que entronicen y blanqueen los desatinos del Sr. Sánchez.
No, señores; no es el Sr. Rivera quien debe actuar en contra de sus propias decisiones. Aquí quien debe actuar es Sánchez y él es quien se debe procurar los apoyos necesarios para poder gobernar mínimamente. Eso ya va a ser difícil, pues ni los Presupuestos Generales del Estado serán suyos; prorrogará, como hizo antes, los del Sr. Rajoy, aquellos que en su día censuró y rechazó, y conseguirá los aliados que sean, sin atender a objetivos de Estado o al riesgo de la quiebra del mismo. Y si los consigue, él será el responsable de las alianzas que haya hecho y del precio que le cuesten, y si no los consiguiera o el precio que le pidan sea exorbitante, a él le cabe favorecer la convocatoria de nuevas elecciones. En resumen, carece de sentido pretender la acción de Rivera contra sus propias anteriores decisiones mientras se acepta la inacción de Sánchez.
Es una pena que estemos en esta situación; es una pena que el PSOE haya tolerado perder el respeto histórico que pudiera caberle al tolerar mansamente a un dirigente que aunque le reporte hoy poder, le causará vergüenza mañana; y es una pena la falta de reacción de la sociedad española ante dirigentes tan desentendidos de las necesidades de España, la principal de ellas, su propia existencia como Nación y la quiebra de su Estado.
Pero así es y no podremos eludir la situación presionando a un pacto sin horizonte a un Partido, C´s, que perdería en la operación la mayor gloria de su historia y la necesidad por la que surgió: la irreductible oposición al nacionalismo y la regeneración democrática. Es cierto que jirones de parte de ello se han ido perdiendo en el camino, y es cierto también que ya no es la gran esperanza que fue, pero su trayectoria inicial es un capital que atesora y que no puede enajenar sin que le cueste la irrelevancia política o la desaparición misma.
Sr. Sánchez, busque lo que precise dónde lo halle, y asuma las consecuencias, y si lo que halla no blanquea su imagen ni su gestión, sepa que la política ni es aventura ni medio para la consecución de ambiciones. El destino y la legalidad le han favorecido, ahora, es usted, sólo usted, quien debe decidir.
Fuente: María-José Peña: DE C´S Y PEDRO SANCHEZ. OTRA VEZ
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