(Peio Sánchez).- "Exodus" nos recuerda que el relato bíblico es una fuente inagotable para los argumentos del cine. En este caso poniendo al servicio del espectáculo audiovisual todo el nuevo aparataje tecnológico (3D, efectos especiales especialmente para las masas y en las plagas así como para reconstrucciones históricas del contexto).
El argumento se centra en la rivalidad entre Moisés y Ramsés, con la victoria del primero que abre el camino hacia la libertad de su pueblo obedeciendo el mandato de Dios, en este caso representado, con originalidad y acierto, por un niño.
El británico Ridley Scott ya había resucitado el género del peplum en la oscarizada Gladiador (2000), donde un buen guion quedó completado con una gran realización que contó con las actuaciones sobresalientes de Russell Crowe y Joaquin Phoenix. Entre sus primeras películas hemos de recordar Alien, el octavo pasajero (1979), Blade Runner (1982) y Thelma y Louise (1991) que se convirtieron en obras de culto. Sin embargo, en sus últimos films parece haber perdido la inspiración. ¿En qué grupo hemos de incluir Exodus? ¿Entre las películas imprescindibles o entre las exclusivamente comerciales?
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