Comentario:Todo es vuestro, vosotros de Cristo y Cristo de Dios (1Cor 3, 16-23)

El respetoal templo le sirve a Pablo para resaltar la dignidad personal. Dignidad que hay que valorar, respetar y cultivar como las personas religiosas cuidan sus templos. Jesús ha puesto el templo del Dios verdadero en el ser humano: “el Espíritu de Dios habita en vosotros”. “Destruid este templo, y en tres días lo levantaré” (Jn 2,19). Ya no es el templo (ámbito de sacerdotes y ceremonias...) lugar para el encuentro con Dios: “se acerca la hora en que ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre... Se acerca la hora, ya está aquí, en que los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y verdad, porque el Padre desea que lo adoren así. Dios es espíritu, y los que lo adoran deben hacerlo en espíritu y verdad” (Jn 4,21.23s). A Dios se le encuentra en la persona. Templo cristiano es toda mujer y todo hombre: “¿No sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en vosotros?” (1Cor 3,16). “¿Acaso no sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, que habita en vosotros y habéis recibido de Dios?” (1Cor 6,19). “Nosotros somos templo del Dios vivo” (2Cor 6,16). “Por medio de este Espíritu, que es `prenda de nuestra herencia´ (Ef 1,14), se restaura internamente toda persona hasta `la redención del cuerpo´(Rm 8,23)” (GS 22). De aquí la atención a la conciencia humana, donde aflora, sugiere, consuela, propone, incita... el Espíritu de bien. Así nos construimos una personalidad fraterna, leal, en paz, alegre, armoniosa, dueña de sí... Pregunta: ¿qué cuidamos más, los templos y sus celebraciones o las personas? ¿Nos escandaliza la coexistencia de templos ricos y personas en la miseria?

La “sabiduría de este mundo” y la “sabiduría divina” tienen fundamentos opuestos: el egoísmo y el amor. Pablo las llama “camino según la carne”: “fornicación, impureza, libertinaje, idolatría, hechicería, enemistades, discordia, envidia, cólera, ambiciones, divisiones, disensiones, rivalidades, borracheras, orgías y cosas por el estilo” (Gál 5,19-21).Y “camino según el Espíritu”: “amor, alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad, lealtad, modestia, dominio de sí...” (Gál 5,22s).

La “sabiduría divina” debe brillar en la comunidad cristiana. Es a lo que invita Pablo al final de la lectura de hoy:“Así, pues, que nadie se gloríe en los hombres, pues todo es vuestro: Pablo, Apolo, Cefas, el mundo, la vida, la muerte, lo presente, lo futuro. Todo es vuestro, vosotros de Cristo y Cristo de Dios” (1Cor 3,21-23). Todo, especialmente las personas, es un regalo de Cristo y de Dios. Disponemos de quienes nos sirven, del mundo, la vida, la muerte, lo presente, lo futuro... Y ellos disponen también de nosotros para vivir en la comunidad que Jesús quería, según la sabiduría procedente del Amor. 

La experiencia sinodal es“el fin de una pérdida colectiva de la propia identidad como Iglesia...” (Documento Etapa Continental 24), “Momento crucial y precioso para darse cuenta de que los bautizados, compartimos la dignidad y la vocación de participar en la Iglesia...” (DEC 22). “Ha crecido la conciencia de que quienes han recibido la gracia del bautismo caminan juntos, compartiendo y discerniendo a qué les llama el Espíritu” (DEC 22). La práctica sinodal ha desenmascarado la injusticia infligida al Pueblo de  Dios por el absolutismo clerical. Lo que era conducta normal se hizo “excepcional”. No se inventa ahora la sinodalidad. Fue forma original eclesial (He 1,26; 6,3; 15,1-29). Pablo y Bernabé “en cada Iglesia designaban presbíteros, oraban, ayunaban y encomendaban al Señor, en quien habían creído” (He 14,23). La palabra “designaban” traduce “xeirotonésantes” (votando con la mano elevada: de “xeir”: mano y “teino”: extender”). El clero tiene que aceptar que no son “señores” de la Iglesia. Presiden y coordinan el amor y los carismas que el Espíritu reparte. Presidencia y coordinación encargadas por la comunidad que los elige en el Espíritu del Señor.

Oración:Todo es vuestro, vosotros de Cristo y Cristo de Dios (1Cor 3,16-23)

Jesús que, con tu Espíritu, nos has seducido:

dándonos tu capacidad de amar,

para servir y dar la vida por los hermanos;

haciéndonos “templos” de tu presencia resucitada;

restaurándonos interiormente:

“tu Espíritu acude en ayuda de nuestra debilidad,

pues nosotros no sabemos pedir como conviene;

pero el Espíritu mismo intercede por nosotros

con gemidos inefables”(Rm 8,26).

“convenciéndonos de que ni muerte, ni vida, ni ángeles,

ni principados, ni presente, ni futuro, ni potencias,

ni altura, ni profundidad, ni ninguna otra criatura

podrá separarnos del amor de Dios manifestado en ti,

Cristo Jesús, nuestro Señor” (Rm 8,38-39).

Tu camino de amor es sabiduría divina:

“como yo os he amado, amaos también unos a otros;

en esto conocerán todos que sois discípulos míos” (Jn 13, 34s).

Pablo nos recuerda: “nosotros tenemos la mente de Cristo” (1 Cor 2,16);

“¿No sabéis que sois templo de Dios y

que el Espíritu de Dios habita en vosotros?

El templo de Dios es santo: y ese templo sois vosotros.

Si alguno de vosotros se cree sabio en este mundo,

que se haga necio para llegar a ser sabio.

La sabiduría de este mundo es necedad ante Dios...

Todo es vuestro: Pablo, Apolo, Cefas, el mundo, la vida,

la muerte, lo presente, lo futuro.

Todo es vuestro, vosotros de Cristo y Cristo de Dios” (1Cor 3,16-23).

Como Pablo, nos “hacemos necios de este mundo” egoísta:

abrazamos tu libertad guiada por el Amor incondicional;

“para la libertad nos has liberado, tú, Cristo” (Gál 5,1);

“a ella hemos sido llamados;

no para utilizarla como estímulo para la carne (egoísmo);

al contrario, sed esclavos unos de otros por amor” (Gál5,13).

Deseamos para tus iglesias, sembradas por el mundo:

vuelvan al “amor primero” (Apoc 2,4), las bienaventuranzas;

“escuchen..., se reúnan a examinar el asunto, discutan,

descubran el testimonio de Dios que da el Espíritu Santo

igual que a nosotros,

decidan con el Espíritu Santo” (He 15,1-29).

“Estamos ante ti, Espíritu Santo,

reunidos en tu nombre.

Tú que eres nuestro verdadero consejero:

enséñanos el camino para alcanzar la meta.

Impide que perdamos el rumbo como personas débiles y pecadoras.

No permitas que la ignorancia nos lleve por falsos caminos.

Esto te lo pedimos a ti, que obras en todo tiempo y lugar,

en comunión con el Padre y el Hijo,

por los siglos de los siglos. Amén” (Oración por el Sínodo).

Preces de los Fieles (D. 7º TO A 2ª Lect. 19.02.2023)

A Jesús el amor de Dios le hizo libre: obedecía a su conciencia guiada por el amor incondicional a toda persona. Este amor le llevaba al necesitado y a hacer una comunidad fraterna. Pidamos su sabiduría diciendo: “danos `la fe queactúa por el amor´” (Gál 5, 6).

Por la Iglesia:

- que viva la libertad, la igualdad, la fraternidad humanas;

- que viva la sabiduría de Jesús, guiada por el Amor.

Roguemos al Señor: “danos `la fe que actúa por el amor´” (Gál 5, 6).

Por las intenciones del Papa (febrero 2023):

- que “las parroquias pongan la comunión en el centro”; 

- que “sean comunidades de fe, fraternidad y acogida a los más necesitados”.

Roguemos al Señor: “danos `la fe que actúa por el amor´” (Gál 5, 6).

Por quienes presiden las comunidades cristianas:

- que sean elegidos por las propias comunidades;

- que sean sinceros, libres, dialogantes, corresponsables.

Roguemos al Señor: “danos `la fe que actúa por el amor´” (Gál 5, 6).

Por la paz del mundo:

- que cese toda violencia y se respeten los derechos humanos;

- que crezca en número de “los que trabajan por la paz”.

Roguemos al Señor: “danos `la fe que actúa por el amor´” (Gál 5, 6).

Por los enfermos, parados, perseguidos, migrantes...:

- que nos encuentren prontos a escucharles, ayudarles...;

- que el Espíritu les fortalezca ante las dificultades y desánimos.

Roguemos al Señor: “danos `la fe que actúa por el amor´” (Gál 5, 6).

Por esta celebración:

- que saboreemos la sabiduría del Amor gratuito;

- que sintamos la alegría, el consuelo y el impulso de Jesús.

Roguemos al Señor: “danos `la fe queactúa por el amor´” (Gál 5, 6).

“Estamos ante ti, Espíritu Santo. Tú que eres nuestro verdadero consejero: enséñanos el camino para alcanzar la meta. Impide que perdamos el rumbo como personas débiles y pecadoras. No permitas que la ignorancia nos lleve por falsos caminos. Te lo pedimos a ti, que obras en comunión con el Padre y el Hijo, por los siglos de los siglos. Amén”.