Preces de Fieles (D. 26º TO A 2ª Lect. 01.10.2017): La vida de Jesús, “liderazgo del servicio”

Venimos a la Eucaristía para “tener los sentimientos propios de una vida en Cristo Jesús” (Flp 2,1-11). Eso es lo que pedimos siempre: pensar, sentir y actuar como Jesús de Nazaret. Eso es lo que espera de nosotros el Padre del cielo. Para eso celebramos la Cena de Jesús. Pidamos vivir así diciendo: “hoy queremos trabajar en tu viña, Señor” (Mt 21, 28-32).

Por la Iglesia:
- que “no imponga más cargas que las indispensables” (He 15, 28);
- que libere el ministerio ordenado de la obligación del celibato.
Roguemos al Señor: “hoy queremos trabajar en tu viña, Señor” (Mt 21, 28-32).

Por quienes presiden las comunidades cristianas:
- que sea ejemplo de libertad y amor;
- que no busquen su propio bien, sino el de la comunidad.
Roguemos al Señor: “hoy queremos trabajar en tu viña, Señor” (Mt 21, 28-32).

Por las autoridades legítimas:
- que sean servidoras del bien común;
- que cuiden especialmente de los más débiles.
Roguemos al Señor: “hoy queremos trabajar en tu viña, Señor” (Mt 21, 28-32).

Por la paz de nuestro mundo:
- que sea fruto de la justicia y bienestar de todos;
- que prime el diálogo, la buena voluntad, el progreso de todos.
Roguemos al Señor: “hoy queremos trabajar en tu viña, Señor” (Mt 21, 28-32).

Por nuestra España:
- que seamos capaces de entendernos y caminar en paz;
- que tengamos una mente abierta, acogedora, plural y generosa.
Roguemos al Señor: “hoy queremos trabajar en tu viña, Señor” (Mt 21, 28-32).

Por esta celebración:
- que nos comunique el pensar, sentir y actuar de Jesús;
- que sintamos el amor de Cristo por los hermanos.
Roguemos al Señor: “hoy queremos trabajar en tu viña, Señor” (Mt 21, 28-32).

No queremos, Señor, hacer “nada por envidia ni por ostentación, sino dejarnos guiar por la humildad y considerar siempre superiores a los demás”. No queremos “encerrarnos en nuestros intereses, sino buscar el interés de los demás”, no mirando cada uno las cosas propias, sino todos también las de los otros (Flp 2, 1-11). Te lo pedimos a ti, Jesús resucitado, que vives por los siglos de los siglos.

Amén.

Rufo González
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