Restregar los pobres como un estropajo, práctica habitual del SAIn.

En la democracia hay partidos de toda clase, en eso consiste la pluralidad democrática. Ahora bien, hay gente que asume muy mal que su partido consista en 4 gatos aburridos que no reciben casi votos, y cuyo único deporte es hablar continuamente de los pobres, y no para hacer campañas de recogida de dinero para un proyecto misionero en Angola, Perú o la India, sino para restregarlos por la cara a todo el mundo. A mi me irrita esa clase de gente, no la soporto. No quiero que nadie me hable a mí de los pobres de esa manera y con esa hipocresía.

Yo hace mucho que dejé de dar dinero a los pobres. Aprendí una cosa, a un pobre le das 6000 € y mañana se ha gastado todo el dinero y vuelve a ser igual de pobre. Algunos por más que te empeñes en sacarles de la pobreza insisten en volver a meterse en ella. Y es que hay pobres que no nacieron para tener dinero, porque el dinero los pierde, sino para que otros sepamos darle esos recursos, no traducidos en dinero, que les permita salir de una situación extrema. O bien darle el apoyo financiero a quien pueda ayudarles a salir de su situación.

Antes creía que sería muy guay y muy cristiano eso de ir repartiendo tortillas de patatas por la Gran Vía. Pero hay pobres que eso les ofende, porque su miseria es otra y muy diferente. Los hay que nunca querrán salir de su situación, por más que nos empeñemos en sacarlos volverán porque su problema es fundamentalmente siquiátrica o de orgullo.

Hay en cambio pobres que luchan con amargura contra un sistema injusto con su situación, son los negros del top-manta. A esos podrías ayudarles a salir de su situación. Hay otros pobres como los latinoamericanos que se abren camino como sea, pelean como pueden y agradecen mucho la ayuda. Pero contrastan estos otros con algunos pobres que teniendo millones o familiares que los cuidarían optan por irse a la calle. En mi parque teníamos antes un señor durmiendo que tenía un piso y familia que no entendía su forma de ser.

Luego están los pobres inocentes, como los fetos abortados. Pienso no en la persona destruida sino en el proyecto de persona frustrado, en la gran perdida que puede significar para nuestro futuro esa futura persona.

También los ancianos son pobres. Mi abuela Dolores por ejemplo, esta sorda y no oye nada, se le acaba de romper el aparato del oído y por poder volver a oír bien mi tío se ha decidido por gastar 3500 € para lograr que tenga no uno sino dos aparatos nuevos. Evidentemente ella como muchos otros sordos no podrían costearse estos aparatos, perdonen mi ignorancia por desconocer el nombre de estos.

También es pobre mi abuela Maruja, con tres ictus cerebrales, sin capacidad de hablar, sin poder moverse y postrada en una cama ve pasar los días con la única compañía de las chicas paraguayas que la cuidan, y con mucha dedicación de mi padre. Y como no, una ley de dependencia sin financiación. Pues a cargar mi padre con los gastos, como si la hipoteca no fuera suficiente, aunque no por ello me incluyan a mi o a mi familia en la clasificación de pobres.

También varios de los alumnos que doy clase son pobres, y por eso muchas veces hago horas extras que no me pagan porque están necesitados de mi ayuda, y si me la solicitan ahí estaré.

En otras ocasiones los pobres somos nosotros, y disimulamos muy bien para no se nos note. Orgullosos como somos, no queremos ni compasiones ni ayudas, y obramos egoístamente pidiendo que nos dejen en paz. Tal vez así creemos o nos autoconvencemos que no somos necesitados de ayuda.

Pues si, pobres hay muchos. Por algunos nada se puede hacer porque nos falta la formación para ocuparnos o los medios, por otros algo o mucho se puede hacer y más vale a estos que los identifiquemos y actuemos.

Pero como digo, lo que me parece indigno es utilizarlos como un estropajo contra todo el mundo. El SAIn ya que dice presumir mucho a favor de los pobres, más les valdría dejar de malgastar el dinero en publicidad empapelando Madrid, y dejar de jugar y gastar dinero en la política. Si quieren ayudar a los pobres que se constituyan como ONG o se integren en los proyectos de Cáritas. Es muy fácil pedir a los bancos que entreguen el dinero que tienen, y que no es suyo sino de sus clientes, a los pobres. Pero de lo que si estoy seguro es que estos sujetos amantes de usar a los pobres como estropajos no dan ni ellos precisamente buen ejemplo. Que no, que a mi no me las dan ni con queso los del SAIn.
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