¿Para que sirven las becas erasmus?
Consisten básicamente en organizar un derroche de dinero, o más bien un despilfarro. Parece como si el atacar al actual sistema de becas fuese algo tabú, pero a mi esto de las becas cada día me repugna más. No digo esto por no poder optar a ninguna, que a mi eso me da igual porque podría irme de erasmus como hacen muchos compañeros que tienen menos media que yo, sino porque el cachondeo de muchos estudiantes con las mismas es sorprendente.
Ya he visto varios compañeros/as que se van de erasmus con las novias o los novios, los dos solicitan el mismo destino y ya está, allí van durante un año a disfrutar de lo que es conocer mundo a expensas de la universidad y de los padres, y da igual si tienen media de aprobado o de sobresaliente, todos se pegan el disfrute como nunca.
Luego toca convalidar, y esto ya es el colmo. El otro día en el decanato, apropósito del nuevo plan de estudios, un profesor decía que veía absurdo que con una asignatura optativa y flojita del antiguo plan de estudios, se convalidase una dura y fuerte del nuevo, que no tenía sentido convalidar asignaturas en las que los temarios coinciden apenas un 50%. La respuesta del decano fue contundente y clara: “esto se hace ya con los erasmus”.
Estudias una mecánica clásica en Londres o en Lisboa, y si allí la mecánica clásica es un 50% de la de aquí, pues queda convalidada. Incluso fue grande mi sorpresa cuando supe que a muchos erasmus se les aprueba solo si llegan al cuatro.
Un antiguo alumno al que di clases de física de bachillerato, me confirma que se quiere aprovechar para irse de erasmus. Le pregunto que para qué, y me responde que solo para aprender otro idioma, que el año de carrera que pierda le da igual, si es que lo pierde porque no tengo ni claro que vaya a seguir en su carrera. El caso es que su beca va a salirle muy caro a la universidad, y todo para hablar el sueco.
Un compañero me contaba en otra ocasión que solo se sacó una asignatura con su escapada de erasmus, y que se tiró a un puñado de rubias en danesas en Dinamarca. Y ese fue su mérito.
Se debe acabar con estas becas, o limitarse solo a alumnos que hayan concluido la carrera y quieran hacer un doctorado o master fuera. Aunque aun así pongo en duda que la mayoría se usen bien. No puede ser que la deficitaria universidad pública siga tirando el dinero en aventuras de unos. Incluso a esto de las becas erasmus se las conoce como becas “orgasmus”. Pues con el dinero de esas becas se podrían financiar los masters, que son carísimos y para hacerlos hay que endeudarse o pedir uno de esos prestamos del ministerio.
Ya he visto varios compañeros/as que se van de erasmus con las novias o los novios, los dos solicitan el mismo destino y ya está, allí van durante un año a disfrutar de lo que es conocer mundo a expensas de la universidad y de los padres, y da igual si tienen media de aprobado o de sobresaliente, todos se pegan el disfrute como nunca.
Luego toca convalidar, y esto ya es el colmo. El otro día en el decanato, apropósito del nuevo plan de estudios, un profesor decía que veía absurdo que con una asignatura optativa y flojita del antiguo plan de estudios, se convalidase una dura y fuerte del nuevo, que no tenía sentido convalidar asignaturas en las que los temarios coinciden apenas un 50%. La respuesta del decano fue contundente y clara: “esto se hace ya con los erasmus”.
Estudias una mecánica clásica en Londres o en Lisboa, y si allí la mecánica clásica es un 50% de la de aquí, pues queda convalidada. Incluso fue grande mi sorpresa cuando supe que a muchos erasmus se les aprueba solo si llegan al cuatro.
Un antiguo alumno al que di clases de física de bachillerato, me confirma que se quiere aprovechar para irse de erasmus. Le pregunto que para qué, y me responde que solo para aprender otro idioma, que el año de carrera que pierda le da igual, si es que lo pierde porque no tengo ni claro que vaya a seguir en su carrera. El caso es que su beca va a salirle muy caro a la universidad, y todo para hablar el sueco.
Un compañero me contaba en otra ocasión que solo se sacó una asignatura con su escapada de erasmus, y que se tiró a un puñado de rubias en danesas en Dinamarca. Y ese fue su mérito.
Se debe acabar con estas becas, o limitarse solo a alumnos que hayan concluido la carrera y quieran hacer un doctorado o master fuera. Aunque aun así pongo en duda que la mayoría se usen bien. No puede ser que la deficitaria universidad pública siga tirando el dinero en aventuras de unos. Incluso a esto de las becas erasmus se las conoce como becas “orgasmus”. Pues con el dinero de esas becas se podrían financiar los masters, que son carísimos y para hacerlos hay que endeudarse o pedir uno de esos prestamos del ministerio.