"Somos un pueblo herido, hemos interiorizado la violencia que se ha apoderado de nuestra alma" Clamemos e invoquemos la paz

Ecuador, guerra interna
Ecuador, guerra interna

Se afirma que en la guerra la primera víctima es la verdad, posiblemente sea así, pero también mueren la humanidad, la inteligencia y la razón

“Hoy más que nunca, la humanidad clama e invoca la paz. Es un grito que exige responsabilidad y razón, y no debe ser sofocado por el estruendo de las armas ni por palabras retóricas que incitan al conflicto…

La guerra no resuelve los problemas, al contrario, los agrava y causa heridas profundas en la historia de los pueblos, que tardan generaciones en cicatrizar. Ninguna victoria armada podrá compensar el dolor de las madres, el miedo de los niños, el futuro robado.”  (León XIV, 22/06/2025).

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Se afirma que en la guerra la primera víctima es la verdad, posiblemente sea así, pero también mueren la humanidad, la inteligencia y la razón. Algunos líderes mundiales parecen haber perdido el sentido común; han iniciado, mantenido y profundizado cruentas guerras con enormes bajas en la población civil, despreciando la diplomacia y la negociación. Sus mensajes son cada vez más virulentos y amenazadores, generando una creciente polarización internacional. Esto es sustentado por una propaganda que justificaba cualquier hecho y declara victorias sin sentido. Incluso el fantasma nuclear vuelve a sobrevolar sobre toda la humanidad.

Vivimos días de intensa zozobra por la guerra entre Israel e Irán, que fue iniciada por una agresión injustificada del estado sionista en contra del país persa dominado por la teocracia de los ayatolás, fue escalando hasta la intervención de los Estados Unidos y la posterior declaración de una tregua frágil y que puede ser solo una pausa temporal

Vivimos días de intensa zozobra por la guerra entre Israel e Irán, que fue iniciada por una agresión injustificada del estado sionista en contra del país persa dominado por la teocracia de los ayatolás, fue escalando hasta la intervención de los Estados Unidos y la posterior declaración de una tregua frágil y que puede ser solo una pausa temporal.

Teherán, bombardeado
Teherán, bombardeado Efe

Ante esta confrontación pasaron a segundo plano la guerra de Ucrania, donde cada semana mueren más de 10.000 personas de ambos bandos, el constante genocidio de palestinos en Gaza, las interminables guerras en África. China se torna agresiva frente a Japón y Filipinas. La OTAN se posiciona en todos los conflictos y exige que sus 32 miembros destinen el 5 % de su producto interno bruto en armamento a costa del gasto social, la Unión Europea declara que debe gastar hasta 800.000 millones de euros en armas ante la amenaza rusa. Así se quema incienso ante los nuevos ídolos de la industria armamentista, actualmente la más rentable del mundo.

Todo esto se justifica sobre bases falsas, instalando un clima de terror que trata de convencer a las personas de que las guerras son inevitables. Las reacciones de los pueblos ante tales despropósitos son tímidas y hasta ahora minoritarias, olvidando los principios básicos del derecho internacional.

En Latinoamérica no tenemos actualmente conflictos armados entre países, pero no somos inmunes al clima de locura y violencia que sufre toda la humanidad

En Latinoamérica no tenemos actualmente conflictos armados entre países, pero no somos inmunes al clima de locura y violencia que sufre toda la humanidad. En Ecuador padecemos lo que el gobierno llama “un conflicto armado interno”, en el último mes han muerto asesinadas 30 personas cada día, se multiplican las extorsiones y secuestros. La respuesta es más violencia contra la violencia de las bandas, las nuevas leyes que se aprueban violan claramente los derechos humanos, se propone una total impunidad ante los posibles abusos de las fuerzas del orden y se aprueba el condenar a los adolescentes y jóvenes infractores menores de edad como si fueran personas adultas.

Lanzamiento de un misil
Lanzamiento de un misil

Somos un pueblo herido, hemos interiorizado la violencia que se ha apoderado de nuestra alma. En los comportamientos diarios se han recrudecido las agresiones al interior de las familias, en los espacios comunitarios, en los trabajos, en la sociedad. El miedo y el temor hace que muchas personas justifiquen sin ningún espíritu crítico los ajusticiamientos de los delincuentes, se dice: “hay que acabar con ellos”. Nos deshumanizamos sin darnos cuenta.

En 1963, cuando la humanidad estuvo a punto del apocalipsis nuclear, el papa san Juan XXIII publicó su encíclica Pacem in Terris. Allí nos decía que los derechos y deberes de las personas eran la base para la paz, que había que establecer relaciones de justicia y solidaridad entre individuos, familias, grupos sociales y los estados y que era necesario promover la cooperación internacional para el desarme, la solución pacífica de conflictos y la ayuda al desarrollo de los países pobres.

San Pablo nos recuerda que todos formamos parte de un solo cuerpo sin distinción de origen o clase: “Si sufre un miembro del cuerpo, todos los demás sufren con él, si es honrado, todos los demás se alegran” (1 Corintios, 12,26).  Debemos trabajar para construir la paz, desterrar la obsesión belicista y la violencia destructora de sociedades y familias. #ComuniquemosEsperanza

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