¿ciegos ante la guerra? Ojo por ojo... y todos ciegos¡ (Ante Ucrania y su dolor)
Como podemos leer creyentemente este momento en el que vemos noticias directas sobre el sufrimiento y la muerte en lo más absurdo y contradictorio. Nos interpela el modo de pensar, sentir y actuar que está envolviendo nuestra historia en estos momentos. No podemos obviar el interrogante: ¿por qué hacemos el mal y nos destruimos?
| José Moreno Losada
No podemos caminar con vigas en nuestros ojos creyentes... el evangelio del Domingo nos interpela:
«¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo? No está el discípulo sobre su maestro, si bien, cuando termine su aprendizaje, será como su maestro. ¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: “déjame que te saque la mota del ojo”, sin fijarte en la viga que llevas en el tuyo?
El hombre bueno, de la bondad que atesora en su corazón saca el bien, y el que es malo, de la maldad saca el mal; porque de lo que rebosa el corazón habla la boca.
Nuestro mundo está roto y dividido, los análisis de los entendidos nos muestran los desequilibrios en todos los órdenes: ambientales, naturales, sociales, políticos y hasta religiosos. Ucrania y Rusia nos
presentan el último hecho de muerte y de violencia.
Al ver la realidad sentimos la tentación de alejarnos de estas verdades y encerrarnos en nosotros mismos, dejando la responsabilidad en “otros”. La palabra de Dios hoy nos pide la capacidad de saber examinarnos desde el amor ante los problemas de nuestro mundo, para evitar una exculpación desde la indiferencia que lleva a la muerte.
Nuestra realidad de mundo rico y separado, necesita ciudadanos universales que sepan avanzar en una conversión de lo humano, lo social, lo económico, lo religioso. La Iglesia ha de estar saliendo de su autoreferencialidad para ser servidora y humana. Nosotros miembros de ella tenemos que ayudar a quitarnos la viga que nos impide sentir el dolor de los que sufren.
¿Oiremos el grito de los que sufren y que nos llega en directo?