Que toquen las campanas por el clima "Si no tocan hoy a arrebato, doblarán mañana por el duelo"

¿Qué tipo de mundo queremos dejar a quienes nos sucedan, a los niños que están creciendo?  Cuando nos interrogamos por el mundo que queremos dejar, entendemos sobre todo su orientación general, su sentido, sus valores…Pero si esta pregunta se plantea con valentía, nos lleva inexorablemente a otros cuestionamientos muy directos: ¿Para qué pasamos por este mundo? ¿para qué vinimos a esta vida? ¿para qué trabajamos y luchamos? ¿para qué nos necesita esta tierra? Por eso, ya no basta decir que debemos preocuparnos por las futuras generaciones. Se requiere advertir que lo que está en juego es nuestra propia dignidad. (Laudato si, 160)

NO HAY PLANETA “B”

Desde el movimiento de profesionales, unidos al movimiento mundial cristiano por el clima, hemos pedido el gesto simbólico de que en nuestra iglesia diocesana hoy sonaran las campanas de nuestras iglesias llamando a comprometernos por el cuidado de la casa común. Un gesto tradicional y simbólico de lo humano, lo solidario y la urgencia. No se ha visto conveniente por la premura y la interpretación que se le pueda dar al hecho… pensando en esto me acordaba del título de ese gran libro: “¿Por quién doblan las campanas?, y pensaba para mis adentros, y para mí mismo, si hoy no suenan las campanas de mi interior…acabarán doblando acompañadas por mi tristeza y desolación.

Que suenen las campanas por el clima“Que suenen”

Todos recordamos como tocaban las campanas a arrebato cuando había incendios o alguna situación de alarma, para acudir todos a poner solución y remediar el sufrimiento y el mal. Ahora se nos llama a concienciarnos y actuar comprometidamente por razones de vida y salud,por una ecología integral, con un grito muy sencillo: “No hay planeta B”.

Del 23 al 29 de Septiembre el Secretario General de la ONU ha convocado la Cumbre sobre el Clima y se esperan numerosas acciones reinvindicativas para que se tomen medidas urgentes frente al cambio climático. Estamos llamados a la movilización, porque el problema es global y como dice el Papa Francisco, a quien más afecta es a los más pobres y vulnerables de los países empobrecidos.

Los jóvenes católicos del movimiento Generación Laudato Si, la red de asociaciones del Movimiento Católico Mundial por el Clima y las iniciativas ecuménicas surgidas durante el Tiempo de la Creación (1 septiembre-4 Octubre) en todas las Iglesias cristianas, están eligiendo y respaldando diferentes convocatorias en todo el mundo, alineadas con un objetivo común: Combatir el cambio climático.
El Viernes 27 ha sido señalada como la fecha más importante de movilizaciones en diferentes capitales, provincias y lugares de todo el mundo plataformas ciudadanas de lo más diverso están uniéndose para manifestar públicamente su preocupación e interpelación.
Los cristianos y cristianas de a pie, tenemos que estar en estos espacios, en estas periferias donde las “Semillas del Verbo” se hacen más evidentes que nunca. Pero no sólo a nivel particular, sino también colectivo, eclesial, institucional, visible, público.

Igual que como cristianos sacamos a las calles nuestro sentir en las procesiones, que son expresión sencilla y popular de la fe, podemos ahora unirnos a tantos colectivos como están organizándose para el día 27 de septiembre. -Expresar en todo el mundo y ante todo el mundo, nuestro interés por el cuidado de la Casa Común, el Planeta, y nuestra preocupación porque se destruya.

Desde Profesionales Cristianos, pedimos a nuestro Arzobispo como Pastor de todo el Pueblo de Dios de Mérida-Badajoz que la Archidiócesis se adhiera, como comunidad eclesial, a esta movilización tocando las campanas de manera especial en la Jornada del día 27.
El movimiento de Profesionales cristianos.

Y os regalamos esta oración entrañable de un militante de Badajoz, Jesús Sánchez Martín, que elaboró esta oración para el libro "Laudato si", aún no sabía que ya estaba en gestación su pequeña hija en el seno de Angelines,que en breve nacerá..y que será su tercer hijo, junto a Pablo y Miguel:

DONDE NACE LA VIDA

 Padre del Cielo y del Suelo. De las ciudades ruidosas

Donde el bullicio crepita y los hombres se afanan

Señor de la vida, que hiciste las cosas que nos son propicias y buenas

¡Cómo no agradecer tanto don! ¡Cómo no sentir tanta gracia!

La mirada se pierde en el azul y en la nube

Y recuerda el mar y la montaña fresca

Donde el Sol se hunde o se esconde, preñando de belleza lo ordinario

Qué extraño ese sentir pequeño y frágil, cuidado y sencillo, querido, amado…

El cosmos armónico, como entero hogar viviente

en una gota de agua

El océano espumoso, el arroyo trémulo,

El rumor parpadeante de la viva corriente

Y Tú detrás de lo grande y lo minúsculo, profunda expresión de lo bueno.

La vida que estalla, la risa que fluye,

el agua que brama.

El viento que silba canciones de otoño.

Por todo, Señor, no alcanzo a hablarte. Me abarca y me abraza. Inmenso y pequeño.

Tan solo me siento sentido en tu arrullo

Tan solo comprendo, con la certeza del alma,

que todo está hecho para la Gracia.

Un mundo de vida

soñado a diario.

Fecundo.

Simiente de todo.

Amor sin medida.

J.S.M. 12/02/2019

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