Vacaciones, 3: Lectura

Las vacaciones son para descansar y echarse a la bartola. Ni se te ocurra coger un libro porque puedes embotar la mente más de lo que has logrado embotarla durante todo el año escuchando al jefe, charlando con los compañeros, siguiendo los acontecimientos literarios.
Por el contrario, el tiempo que habías de dedicar a la lectura dedícaselo a los programas de corazón que, durante el verano, te tendrán informado de lo que hacen los famosos: su dichos, sus interioridades, sus conflictos filosóficos. Si pierdes la ocasión podrías llegar en septiembre y no podrías participar en los debates que organicen en el bar tomando café.
Por las noches, vete a alguna discoteca de moda, baila hasta la extenuación. Durante el año no tendrás tiempo de hacerlo. Con un poco de suerte hasta podrás ver a algún famoso. Acercate, háblale, pídele un autógrafo. Sus palabras podrán alimentar tu alma y darte pie para reflexiones profundas y muy provechosas.
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