Con frecuencia, lo más interesante de los discursos es lo no dicho pero dado a entender. En la actual campaña electoral catalana, los líderes de CiU, y los antiguos miembros del tripartito, tienen, sin duda, entre ellos, un propósito de no agresión, de buena educación que supone, no nombrar la soga en la casa del ahorcado. Por ejemplo, no hablar del hundimiento del metro en el Carmel, no hablar del 3%, no hablar de los repetidos derrumbamientos de la vía del AVE, no hablar de las huelgas salvajes en el aeropuerto del Prat, no hablar de la violencia en las calles de Barcelona, ect. ect.