Acabo de regresar de un viaje de un mes de duración y estoy a punto de emprender otro. El viajero a de ir con espíritu humilde para dejarse enseñar, con curiosidad para ver y mirar, con disponibilidad para aprender, con generosidad para compartir. Durante los días de mi estancia en país extranjero oí muchas opiniones sobre España que me parecieron propias de personas mal informadas pero las escuché sin abrir la boca. Llegado a España, después de un mes fuera, volví sobre lo que había oído y concluí que aquellas opiniones me ayudaban a mejor entender una serie de cosas que aquí estaban pasando. Aprendí mucho más de lo que he podido enseñar aunque fui a dar conferencias y a hacer seminarios.