La lengua de los políticos

El griego y el latín, en tiempos lenguas de grandes imperios y en las que nos han llegado obras magníficas, hoy son lenguas muertas que sólo unos cuantos privilegiados pueden leer. Los habitantes de la Grecia actual no entienden el griego clásico si no lo han estudiado. Los políticos, en su mayoría, no saben nada de lingüística porque para ello hay que haberla estudiado, como ocurre con todas las ciencias. Los políticos sinceramente interesados en la promoción y conservación de una lengua deberían saber que, a la larga, toda clase imposición produce rechazo. Los políticos quieren convertir un instrumento de comunicación, que nace, crece y muere, como todo ser vivo, en un instrumento político.
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