Hoy no es un sueño parar la guerra en Siria

"Ha estallado la paz". El sueño de millones de personas en todo el mundo aún no se ha cumplido. Pero la esperanza continúa. Apenas dos días después de la vigilia de ayuno y oración por la paz en Siria convocada por Francisco, y después de una intensa operación diplomática a gran escala llevada a cabo por la Santa Sede, se ha abierto un camino para evitar la intervención militar extranjera en el país asiático.

La Casa Blanca ha confirmado este martes que el presidente Obama negociará el control del armamento químico sirio en el Consejo de Seguridad de la ONU. De momento, no es más que un frenazo a los planes de guerra. Pero algo ha cambiado para que Rusia haya dejado de estar de lado en el conflicto, Siria haya aceptado destruir su material y Estados Unidos, por primera vez, baraje la posibilidad de dar marcha atrás en la invasión del país. Y que, por primera vez, podamos decir que no es un sueño parar la guerra en Siria.

Puede que en pocos días tengamos ante nuestros ojos una nueva guerra global. Pero tal vez, sólo tal vez, se hayan puesto las bases para acallar las balas, los morteros y los misiles. Una paz que, por primera vez, puede ser un poco tuya, un poco mía, un poco nuestra. Porque fueron, fuimos, muchos, sin importar la procedencia, filiación o devoción, creyentes y ateos, católicos, judíos, musulmanes, drusos, budistas... los que unimos nuestras manos en silencio y pronunciamos un grito sordo y desgarrador: "No a la Guerra".

Seguramente, si esto sucede, pocos recordarán que sólo un hombre -menudo personaje- fue el primero en levantar la voz, y poner a todos sus peones, caballos y alfiles a trabajar en el tablero de la comunidad internacional para que no tuviéramos que asistir a un jaque mate. Francisco tendrá mucho que ver en la paz en Siria.
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