El Papa señala a Blázquez

Bergoglio no da nombres, pero tampoco puntadas sin hilo. La figura de Ricardo Blázquez es, sin duda alguna, una de las principales a la hora de hablar de sucesores para el cardenal Rouco en la Conferencia Episcopal. Por varias razones: por su bondad, por su capacidad de diálogo, por su perfil de pastor y de hombre de consenso, y por su experiencia (tanto en Bilbao como en el caso de los Legionarios hizo gala de su bien hacer y de sus talentos para la escucha y la búsqueda de acuerdos). Y porque los obispos le "deben una". Y es que Blázquez fue el gran señalado por el entorno de Rouco Varela en su primer y fracasado intento por permanecer tres mandatos sin interrupción en el Episcopado. Después de esto se llegaron a cambiar hasta los estatutos de la Conferencia Episcopal.
No es Blázquez un hombre de rupturas, como tampoco las quiere Francisco. Es alguien querido por todos los obispos, y que sin duda haría un buen papel en la nueva etapa -ciertamente de transición, hasta que el relevo en el episcopado español se vaya haciendo efectivo- que se nos avecina, sin el cardenal Rouco Varela. Que hoy, por cierto, ha sido recibido por el Pontífice. El mismo día en que el Papa acepta la renuncia de Joachim Meisner. ¿Casualidad? Puntadas e hilos.
Repetimos: no es Francisco hombre de nombres, pero sí de estilos. Y el de Blázquez encaja perfectamente con la nueva dinámica. Como también los de Carlos Osoro y Juan del Río. Cada uno con sus matices. Pero los tres llamados a capitanear la llegada de la primavera a la Iglesia española.