Reflexiones de un cristiano


Cuelgo en este post una rotunda reflexión, publicada en elcomerciodigital.com por un tal Matías Expósito Pérez. Desconozco quién es, de dónde viene y por supuesto cuál es su vinculación, en el caso de que la haya, en la Iglesia asturiana o española. Pero me encantaría saber de él. No estoy de acuerdo con alguna de sus apreciaciones -o al menos no voy tan allá como él en algunos puntos-, pero me parece que su escrito es lo suficientemente valiente, libre y propositivo como para incluirlo en esta bitácora. A partir de ahí, amigos, ustedes juzguen y opinen. Con respeto, todas las voces tendrán cabida entre las ramas.

Soy un cristiano humilde, y como tal, quiero exponer mi opinión sobre la actual jerarquía católica española. Mi opinión es crítica, pero también es razonada, y la expongo puntualizada.

1.- Los obispos tienen todo el derecho a decir lo que piensan, pero extraña que desde que gobierna el PSOE, además de sus medios habituales (homilías, pastorales), se manifiesten en la calle, y siempre arropados por el PP o viceversa. ¿Por qué no lo hicieron cuando gobernaba Aznar? ¿Por qué no salieron a la calle contra la Guerra de Irak, apoyada por el PP pero condenada por el Papa Juan Pablo II? ¿No había motivos para salir a la calle? Los obispos hablan mucho del derecho a la vida, pero entonces se quedaron mudos.

2.- La Iglesia defiende un solo modelo de familia, y no reconoce que hoy se dan situaciones que crean nuevos modelos. Familias entre un hombre y una mujer, pero también entre dos hombres, entre dos mujeres, entre personas de distintas religiones e, incluso, monoparentales. Y todas respetables. Y el Estado las regula porque legisla para toda la sociedad, no sólo para los católicos. Los obispos deberían asumirlo, y si es lógico que prediquen los principios en los que creen, también deben respetar a quienes no piensan igual. Esta Iglesia no asimila que ya no vivimos en tiempos del nacionalcatolicismo. Hoy España es un país democráticamente sólido y el Estado es aconfesional.

3.- Desde hace tiempo, los obispos lanzan duros e injustos ataques contra el Gobierno, con frases como «el laicismo lleva a la disolución de la democracia», «no se respeta la Constitución», «la familia se ve sacudida por legislaciones injustas», «la ley del divorcio atenta contra la ley de Dios». ¿No le parecen frases falsas? Precisamente ahora que con la Ley de Dependencia se garantiza la ayuda a muchas familias con graves problemas. Y respecto al divorcio: ¿no fue el cardenal Rouco quien casó por la Iglesia a una divorciada asturiana? ¿No es eso fariseísmo?

4.- Esta Iglesia no es la de Jesús de Nazareth, no es la de los humildes, es la Iglesia de los poderosos, de los reaccionarios, de la derecha. Si se les pregunta a los obispos responden que no, pero pierden el tiempo, porque sus actos y palabras les delatan.

5.- Yo soy cristiano, pero no comparto la actitud de la Iglesia. Y como yo, millones de personas que ya no se callan; no hay más que ver la avalancha de opiniones contrarias a la Iglesia que a diario aparecen en radio, prensa, televisión, internet... Yo añoro a Tarancón, que se mantuvo equidistante de los partidos políticos, y a Juan XXIII, e incluso a Pablo VI, pero no a Benedicto XVI. El actual Papa es ultraconservador y ha sellado las aperturas que promovieron Papas anteriores. Benedicto XVI es quien alienta a la jerarquía católica española para que movilice a sus fieles, apoyado en la línea reaccionaria de la curia vaticana.

6.- Como creyente, me duele ver cómo la Iglesia, debido a la imagen que hoy da, se queda aislada de la sociedad. La Iglesia no admite el divorcio, y ése es un grave error. Yo estoy a favor de la familia. Creo posible la vida en pareja de modo duradero, pero acepto que otras parejas, si no pueden seguir conviviendo, se divorcien. Creo en la unión de un hombre y una mujer, pero también entiendo que es posible el matrimonio entre personas del mismo sexo. Estoy a favor de la vida, de todas, incluidas las miles que mueren cada día por hambre o guerra en el mundo, pero acepto que, en determinadas condiciones, el aborto esté permitido, tal como establecen las leyes, no sólo de nuestro país, sino de Europa y del mundo.

7.- Me gustaría encontrar unos obispos que sepan adaptarse a la sociedad en que vivimos, y quisiera que tomaran la iniciativa para pedir la revisión de los acuerdos Iglesia-Estado, tan faltos de espíritu democrático, para que la Iglesia española pueda ser más libre, menos privilegiada, más autofinanciada, sin ningún tipo de atadura. Y que no se engañe la jerarquía católica; hoy sólo les siguen las personas conservadoras. La inmensa mayoría no comulgamos con sus posiciones inmóviles y dogmáticas. Por ello, animo a todos para que la Iglesia recupere el espíritu del Concilio Vaticano II. Y pido paz para todos. Para todos.

baronrampante@hotmail.es
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