Tápies y el amor partido, repartido y compartido

"Es muy importante compensar el dolor con el amor. Y ese equilibrio te hace ver la vida con optimismo". La frase no es mía, sino del genial Antoni Tàpies, que anoche nos dejó. Es imposible entender la obra del artista catalán sin la presencia de su mujer, Teresa. Su compañera de camino y, en buena medida, la responsable de que Tàpies fuera Tàpies. Viene todo esto a cuento de la oportunidad de recordar, ahora que llueve, que el dolor, el sufrimiento, la tristeza, la indignidad, pueden ser vencidos, compensados, iluminados por la fuerza del amor. Y de la compañía.

El pasado domingo escuchábamos a Jesús expulsando demonios, dando comienzo a la lucha por el Reino. En el Vaticano, esta misma semana, estamos asistiendo a un magnífico ejemplo de perdón, amor y reconciliación. Que nada tiene que ver con la exigencia de justicia, ni sustituye a ésta. Más bien, la implementa. El simposio sobre pederastia que se está celebrando en la Gregoriana puede ser la pieza clave para acabar de una vez por todas con esta lacra, y conseguir que la institución pueda levantar cabeza con cierta credibilidad. Nos jugamos mucho.

Pero sólo lo lograremos mirando desde los ojos del amor, de la cercanía, de la caricia y del apoyo. De nada sirve tratar de arreglar los problemas solo, pues el mundo sigue moviéndose entretanto. Y no nos espera. Hay que encontrar, como también decía Tàpies, el equilibrio. Ése que lleva a la felicidad que, como todo en esta vida -como la fe, como el perdón, como la construcción del Reino-, no está completa si no es compartida.

Me dirán que es un tanto arriesgado mezclar al artista catalán con el simposio vaticano, y tal vez tengan razón. Quizá únicamente me mueve un criterio de oportunidad. Pero tal vez, sólo tal vez, la frase de Tàpies pueda ser perfectamente aplicable a nuestra vida como creyentes. Una vida marcada por el sufrimiento, por la duda, por el dolor... y por la esperanza marcada en el amor. En el amor compartido y por compartir. Ése que acaba sortea cualquier frontera, por alta y robusta que sea. El amor de aquel que partió, repartió y compartió su cuerpo y sangre con nosotros. Y que haciéndolo venció a la Muerte, al dolor, al fracaso y a la tristeza.

Descanse en paz Antoni Tàpies

baronrampante@hotmail.es
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