"Fui forastero, y me acogísteis"

Sobre atención a inmigantes y refugiados, la Iglesia sabe, y mucho. Y la Iglesia de Valencia es, seguramente, una de las que más rápidamente ha puesto a disposición de las autoridades instituciones como la Ciudad de la Esperanza o casas vacías para acoger a los que huyen de la muerte en Siria y otros rincones del mundo. Nadie discute que los cristianos, que Cáritas, que la Iglesia, está en la punta de lanza en este y otros temas. "Obras son amores..." ha sido la respuesta de la Conferencia Episcopal ante las declaraciones de Cañizares. Es cierto. Pero también que hay palabras que matan, y las de Cañizares este miércoles han sido total y absolutamente desafortunadas.
"Esta invasión de inmigrantes, de refugiados... ¿es todo trigo limpio? Viene con muca mezcla. ¿Son perseguidos? Muy pocos son perseguidos", dice Cañizares, que alerta de que esta "invasión" es un "caballo de Troya" dentro de las sociedades europeas. Habla el cardenal de trigo, y uno no puede dejar de pensar en la cizaña. Y en otras palabras, que tampoco son mías, sino de un tal Jesús:
"Porque tuve hambre y me disteis de comer; tuve sed y me disteis de beber; fui forastero y me recogisteis; estuve desnudo y me vestisteis; enfermo y me visitasteis; en la cárcel y fuisteis a verme”. Entonces los justos le responderán diciendo: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te alimentamos, o sediento y te dimos de beber? ¿Y cuándo te vimos forastero y te recogimos, o desnudo y te vestimos? ¿O cuándo te vimos enfermo o en la cárcel, y fuimos a verte?”. 40 Respondiendo el Rey, les dirá: “De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis"