Brecha ricos/pobres

El informe sobre el desarrollo humano 1992 presentado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), expone las realidades económicas, sociales y humanas de un planeta cada vez más escindido entre ricos y pobres, a la vez que critica y llama al establecimiento de políticas económicas que pongan en el centro el desarrollo humano y consideren la mejoría de las economías como medio para reducir la brecha entre ricos y pobres.
La intención es muy noble: lograr un mundo en el que la injusticia vaya desapareciendo, dado que los últimos decenios se han caracterizado, en todo el mundo, por el crecimiento de la desigualdad (…)
El Informe hace un diagnóstico cuya conclusión central sería la necesidad de avanzar en la búsqueda de un desarrollo que ponga a los seres humanos en el centro y cuyo bienestar sea el objetivo último. Pero también se detiene en una serie de propuestas a nivel planetario, que podrían ser discutidas, criticadas y mejoradas. Porque en el estado actual de nuestro planeta después de la caída del socialismo realmente existente y de más de una década de crisis para unos y bonanza para otros, las instituciones u organismos multilaterales tienen que revisar su enfoque y funcionamiento(…)
Tal vez lo más importante del Informe sea que pone el dedo en la llaga al decir que como el mundo ha cambiado, las instituciones y organismos internacionales tendrán que hacerlo también, y eso depender de la posibilidad de participación real de todos los países del orbe y de que prevalezca la voluntad de cooperación y no de dominio.
El Informe presenta un nuevo análisis de la distribución internacional de ingresos y oportunidades, y muestra la forma dramática como se han acentuado las disparidades en materia de ingresos en los últimos años.
A la vez se interroga y nos interroga a todos ¿cómo es posible que semejantes disparidades persistan e incluso se acentúen?
La respuesta es doble. Primero, cuando el comercio mundial es completamente libre y abierto, como sucede en el caso de los mercados financieros, por lo general funciona en beneficio de los más fuertes. Los países en desarrollo ingresan al mercado en calidad de socios desiguales y salen con recompensas muy inferiores.
Segundo, en aquellas áreas donde es posible que los países en desarrollo tengan una ventaja competitiva, como en manufacturas de utilización intensiva y exportación de mano de obra no cualificada, las reglas del mercado se cambian con frecuencia con miras a evitar la competencia libre y abierta.
Ante este cinismo, el Informe concluye diciendo que los países en desarrollo requerirán inversiones masivas en capital humano a fin de poder entablar relaciones comerciales sobre una base más equitativa, ya que los conocimientos y la maestría de nuevas tecnologías constituyen hoy en día la mejor ventaja competitiva de un país. El Informe apela también a la adaptación de cambios importantes de manera que los mercados internacionales funcionen con mayor eficiencia y equidad.

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-Virtudes públicas o laicas
en José Ortega y Gasset
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