Día de la paz (1 enero)



En este día de la paz, transcribo un artículo que publiqué hace un tiempo en el Faro de Vigo (Galicia).

Dos jinetes de guerra cabalgan en sus caballos de crines crispadas proclamando una militarización generalizada en el mundo. Al mismo tiempo el estrecho del Bósforo en donde el mar de Mármara y el mar Negro se unen, logrando el hermanamiento de Europa y Asia, ha sido testigo de un encuentro de paz organizado por la Conferencia Islámica y la Unión Europea.

¡Ojalá! sea presagio de la reconciliación entre Oriente y Occidente, que pasan por una de las mayores crisis de su historia. Sharon, un verdadero jinete del Apocalipsis, mantiene asediado al presidente de Palestina en su domicilio de Ramala, desoyendo el requerimiento del secretario general de Naciones Unidas que ha pedido su puesta en libertad. Los repetidos bloqueos impuestos a los territorios palestinos han causado la ruina de su economía por lo que la mitad de su población vive bajo el umbral de la pobreza.

Con todo, el recalcitrante general, tras el último atentado palestino, ha recrudecido los ataques contra el enemigo y ha declarado que ganará esta guerra a cualquier precio. Mientras una multitudinaria manifestación de pacifistas israelíes pedía en Tel Aviv la retirada de los territorios ocupados y el establecimiento del Estado de Palestina.

Por su parte, Bush pasea por el mundo su victoria sobre Afganistán empuñando la bandera americana, aunque Osama Bin Laden no había sido capaturado y seguía vivo. Pero no importa, los señores de la guerra le han marcado ya otro objetivo: el eje del mal, Irak, Irán y Corea del Norte. Sobre ellos se propone descargar toda su ira la industria armamentista estadounidense, que es la que va a salir beneficiada de estas guerras.

Esto es lo que cuenta, aunque para crecer ella tengan que desaparecer muchas personas de la faz de la tierra. Por eso Bush desde el segundo jinete del Apocalípsis anunciaba que la guerra no había hecho más que empezar.

Ante este panorama tan enquistado ¿qué podían hacer la Unión Europea y y los países islámicos que en Estambul habían pedido que se buscara la fórmula para eliminar las causas del terrorismo, como la pobreza, las desigualdades sociales y el fanatismo?. Verdaderamente, un choque de civilizaciones en ese momento arrastraría al mundo a una guerra de proporciones gigantescas. Además, el diaólogo entre el Islam y Europa al menos es posible puesto que tienen mucho en común.

Por eso ni Sharon ni Bush deberían ir en solitario prescindiendo de Europa, a pesar de que el último había dicho que no la necesitaba. Sin embargo, el acto terrorista del 11-S rompió el mito de la invulnerabilidad de EE.UU y puso de manifiesto la fragilidad del orden mundial.

En definitiva, que el uso de las armas no es hoy el mejor camino para alcanzar la paz, es más bien todo un proceso de civilización a recorrer, que incluye la desmilitarización progresiva y la supresión de la violencia física.

El Papa Francisco se ha referido en este día a "la fratenidad fundamento y camino para la paz".

Francisco G-Margallo Bazago
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